Se ha manifestado TSJA sobre la
defensa de todos los ceutíes, sin excepción alguna, ante las
manifestaciones, más que demagógicas, surgidas en ciertos
dirigentes de CCOO.
Con esta resolución quedan claras varias cosas, pero
especialmente que cualquier ceutí y por consiguiente,
también, cualquier otro español, tiene derecho a
manifestarse, pero teniendo en cuenta que sus
manifestaciones no ocasionen peligros o incomodidades a los
demás.
Así queda, por tanto, sentado que el TSJA apoya la
resolución que, en su día, llevó a cabo la Delegación del
Gobierno, prohibiendo los cortes de tráfico, además de
prohibir, también, el ruido por encima de los límites
permitidos en las concentraciones, que se vienen
desarrollando, desde hace meses, a diario.
Es algo que se veía venir, por cuanto las vías más céntricas
de Ceuta se habían convertido, desde los primeros días de
febrero, en manifestódromos diarios, a la misma hora cada
día, con cortes de tráfico y con molestias para quienes
viven, trabajan o pasan, casualmente, por allí.
A partir de ahora, ya no hay más que hablar, se ha puesto el
punto final a las controversias y los reclamos del sindicato
de clase CCOO¸ por esas manifestaciones cada día de
desempleados, a lo largo de ya muchos meses, por el centro
de la propia Ciudad de Ceuta.
En esta situación debe quedar bien claro que ni antes la
Delegación del Gobierno de Ceuta, ni ahora el TSJA van en
contra del derecho a manifestarse que tiene cada ciudadano,
sea del grupo social que sea, del grupo cultural al que
pertenezca o del sindicato o partido político al que esté
afiliado.
El TSJA lo que hace es aprobar, con sumo tino, la resolución
que presentó la Delegación del Gobierno de Ceuta, impidiendo
a los manifestantes elevar sonidos por encima de los
decibelios legalmente permitidos.
Por otra parte, en esa resolución se impedía los cortes de
tráfico, a veces intencionadamente largos, con el trastorno
que esto ocasionaba a muchos ceutíes.
Pero el proteger los derechos de todos los ciudadanos no
conlleva, de suyo, prohibir el derecho de estas personas a
manifestarse, sino que lo que hace es contemplar los
derechos fundamentales, por igual, de todos y cualquiera de
los ciudadanos de Ceuta.
Un paso importante en esa resolución de la Delegación del
Gobierno y su defensa por parte del TSJA, tras la larga
serie de meses con manifestaciones diarias que a unos les
han molestado con el ruido, a veces, ensordecedor y a otros
les ha cortado el paso, cuando más necesidad tenían de
llegar a su lugar de destino, mientras que a nadie, ni
siquiera a los manifestantes ha beneficiado.
Ceuta, su centro, ha sido un verdadero manifestódromo a
diario. Quienes se manifestaban tendrían y tienen sus
derechos para hacerlo, pero los habitantes y comercios de la
zona céntrica son los que han pagado más las consecuencias.
No sé, no he visto aún, ningún tipo de crítica por parte de
Aróstegui, aunque nada me extrañaría que clame a todos los
cielos, para que se le adhieran aquellos a los que intenta
manejar.
Aquí, pues, uno de los grandes perdedores es Aróstegui, en
la imagen que quería dar de ser el hombre con poder, sin
tenerlo.
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