Que viene el presidente de los
americanos de América, Mr. Obama. Y esa llegada a nuestro
país, es debido a las grandes relaciones que mantienen los
EE. UU con España, Ahí queda eso.
Ahora resulta que después de tanto ilusionarnos con la
llegada del presidente de los EE. UU, anunciada a bombo y
platillo resulta que no viene, que quien viene es su señora
acompañada de la menor de sus hijas.
La noticia de la no llegada de Mr. Obama, me ha roto todos
los esquemas, de cuantos actos le tenía programado para
recibir al presidente del país más poderoso del mundo.
Tenía previsto acudir al aeropuerto con un puñado de amigos,
acompañado de una orquesta y una cantante para, copiando una
escena de la película, “Bienvenido Mr. Marshall”, recibirlo
cantando aquello de: “Americanos os recibimos con alegría /
Americanos viva tu madre viva tu tía”.
Pues nada, he tenido que suspender el asunto y eso que
estaba dispuesto a llamar a mi amiga Lolita Sevilla, para
que fuese ella, una vez más, la que pusiese su voz a la
canción. Hay siglos que no está uno para nada. Seguro estoy
que, en los momentos actuales, me compro un circo y me
crecen los enanos.
Claro que esto es mala pata. Ahora el que ha tenido mala
pata es mi amigo Miguel Ángel, el que manda en “La Pérgola”,
con permiso de su esposa Conchi, aquí hay que decirlo todo,
que no ha tenido otra cosa mejor que hacer que resbalarse y
joderse una pierna, teniendo que andar apoyándose en un
bastón.
El hombre ha estado unos días concentrado en su casa,
escuchando cantar al Camarón de la Isla, José Monje Cruz que
así se llama este genial cantaor de flamenco, el mejor que
ha sabido llevar el compás en el cante.
Y es tal su admiración por este cantaor, que mientras le
escuchaba le ha echado una “filipina de aquí te quiero ver”
por no haberse cuidado. Pienso, no voy a pedir perdón por
pensar que, Miguel Ángel, a falta de tener alguien con quien
pegar la hebra, se enfadó con el cantaor porque era lo único
que tenía delante, escuchando el disco.
Además sabiendo todo cuanto habíamos preparado para ir a
recibir al mandatario de los americanos de América, ante la
imposibilidad de poder estar presente, en semejante acto, se
cogió un rebote de mucho cuidado, y al no tener con quién
pagarlo, se aferró a su cabreo con el Camarón.
Espero y deseo que el próximo domingo, en la visita obligada
que haré a tu establecimiento, te encuentres en perfecto
estado de revista para escuchar todo cuanto te tengo que
contar que es mucho y sabroso, sobre ciertos acontecimientos
acaecidos durante tu “cojera”.
Por supuesto no creas que no había pensado en tu persona
para ir a recibir a Obama, formando parte de ese personal
que íbamos a recibir al presidente de los EE. UU, cantándole
la canción antes mencionada.
Aunque tú cantar, lo que se dice cantar, es mejor que estés
callado, dedicándote escuchar al Camarón.
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