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sociedad - DOMINGO, 1 DE AGOSTO DE 2010


clemente cerdeira. j. losan.

entrevista / consul honorario de italia
 

Cerdeira: «La relación
es más de amigos»

Las labores de cónsul honorario de Italia en Ceuta le han permitido llegar a alcanzar un alto grado de amistad con los ciudadanos italianos residentes en Ceuta
 

CEUTA
J. Losan

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Clemente Cerdeira Morterero ocupa el puesto de cónsul honorario de Italia en Ceuta desde que comenzó la década. Es la tercera persona en desempeñar esas funciones en nuestra ciudad. Aunque la comunidad de ciudadanos italianos en Ceuta no es muy extensa, el trabajo aumenta en los meses de verano, principalmente por los transeúntes que van de viaje y necesitan alguna tramitación. Otros casos, los menos agradables, pasan por asistir a ciudadanos de la República italianca cuando son detenidos por la Policía o la Guardia Civil por delitos relacionados con la salud pública. En estos, se procede a informar a la embajada de Italia en Madrid, desde donde se contacta con sus familiares.

Pregunta.- ¿Cuándo recibió usted el nombramiento de cónsul de Italia en Ceuta?


Respuesta.- Creo que es uno de los más extensos de Españ, porque abarca la zona de Ceuta, Melilla, Islas Chafarinas, Peñones de Alhucemas y Velez de la Gomera. Me proponen hacerme responsable del consulado cuando José Ríos, anterior cónsul, dejó el cargo. El primer cónsul fue Francisco Vallecillo, quien pasó el testigo a José Ríos, y éste último a mí. El hilo conductor también ha sido mi padre, porque ocupa el puesto de canciller en el consulado y empezó con Francisco Vallecillo, continuó con José Ríos, y en la actualidad lo sigue siendo estando yo en el consulado. Es el ‘alma mater’. Sobre el año 2000 ó 2001 fue la propuesta, aunque los diplomas acreditativos tanto de Berlusconi como del Rey de España son de 2003.

P.- ¿Qué proceso se sigue para llegar a ser cónsul?

R.- Una vez que acepto la propuesta, la tramitación implica ya al Ministerio de Asuntos Exteriores y al Ministerio de Interior. Recuerdo que el delegado del Gobierno era Luis Vicente Moro, y un día me comentó que había llegado un asunto mío y que tenían que investigar mis antecedentes, y era este asunto. La Delegación del Gobierno informó favorablemente, luego lo hizo también el Ministerio de Asuntos Exteriores, y pasó directamente al Ministerio de Exteriores de Italia en Roma, donde confirmaron finalmente el nombramiento de cónsul honorario. Desde entonces, estoy ejerciendo las funciones en Ceuta.

P.- ¿Hay muchos cónsules de Italia en España?

R.- Hay dos consulados generales, cónsules de carrera, uno en Madrid y otro en Barcelona. Luego hay cónsules honorarios en Algeciras, Jerez, Sevilla, Canarias, Galicia... seremos algo más de veinte en todo el territorio.

P.- En estos diez años, ¿ha tenido muchas personas que hayan necesitado los servicios de este consulado?

R.- Ha habido de todo. Bueno, al margen, puedo comentar que uno de los residentes italianos más famosos de Ceuta vive en el mismo edificio donde está el consulado, Nicola Cecchi. En general, de las personas que están inscritas en el consulado, se realiza el trámite y listo. También hay algunos italianos que no se inscriben hasta que necesitan hacerlo porque, por ejemplo, haya nacido un hijo y desean hacerlo constar. El mayor trabajo lo tenemos con transeúntes. En la época de verano, principalmente, nos encontramos con turistas que vienen a Ceuta y quieren pasar a visitar Marruecos y llegan a la frontera con su tarjeta de identidad italiana y allí le solicitan un pasaporte y vienen al consulado para obtenerlo, pero aquí no podemos expedirlos.

P.- También hay otros asuntos, ya un poco más graves, ¿no?

R.- Sí, los relacionados con delitos contra la salud pública. Cuando en alguna ocasión se detiene a un ciudadano italiano en posesión de droga, intervenimos. Estos casos son los que más trabajo suelen dar porque la Guardia Civil o la Policía Nacional informa de la detención. Suele ser dentro de las veinticuatro horas siguientes. Nos desplazamos al juzgado, se ven los trámites, y de manera inmediata lo comunicamos al consulado general y la embajada de Madrid. Ponemos en su conocimiento los hechos. Durante el tiempo de detención nos encargamos de la correspondencia o de las revistas que mande la embajada, o cuando requieren nuestra presencia por algún motivo concreto. Muchas veces confunden cuáles son nuestras funciones, especialmente si no están de acuerdo con su abogado. Nosotros no podemos actuar en ese sentido, solamente asistirle si necesita algo que no sea jurídico, informar a la familia... Otros temas también son renovación de pasaportes italianos, ya se ha comentado que no tramitamos documentación, sino que esas actuaciones las trasladamos a la embajada de Madrid. Y algunas veces, de forma curiosa, alguna persona ha llegado a llamar a este consulado para preguntar qué tiempo hace en Roma porque piensa ir de viaje.

P.- ¿Tiene más curiosidades que nos pueda contar?

R.- Recuerdo que hace unos meses, un ciudadano italiano residente en Palma de Mallorca, había tenido unos problemas de juicios allí. Estuvo por Ceuta unos días y coincidió que pasó por la calle del consulado y subió. Aquí le atendimos bien, y como aparte de ser cónsul también soy abogado en ejercicio, le comenté algunos aspectos de su juicio dejando claro que yo no tenía nada que ver en el tema. Yo le aconsejé que buscara un abogado en Mallorca y cuando de marchó para allí, me mantuvo informado, me mandó la sentencia. Aparte de eso, el trabajo pasa por inscribir los nacimientos.

P.- ¿La comunidad de súbditos italianos en Ceuta es grande?

R.- No es muy numerosa, pero está bien. Son más de veinte, aunque también hay otros que no están inscritos en el consulado. Últimamente se ve mucho en la calle que hay bastante afluencia de súbditos italianos. Somos más amigos y conocidos, que la relación como cónsul.

P.- ¿Le ha tocado alguna vez algún caso de Melilla, que entra en la circunscripción?

R.- Melilla, como está próxima a Málaga y allí también hay otro consulado, casi siempre se dirigen allí. Yo no tengo ningún problema en que el compañero de Málaga atienda a Melilla. Hace un par de años me llamaron de la embajada de Italia en España porque pedían que hubiera un traductor de italiano en Melilla para un trabajo específico. Consistía en que se iba a realizar un vuelo privado directo entre Roma y Melilla con una representación del Vaticano. Yo comenté que lo más fácil era que llevaran el traductor desde Italia. Nunca supe cómo terminó aquella historia. También tengo compañeros en Melilla que me avisan si surgen alguna cuestión, pero casi siempre es el consulado de Málaga quien se hace cargo. La proximidad y la conexión marítima y aérea es más directa.

P.- ¿Dentro de la comunidad y el consulado se celebran las fiestas de Italia?

R.- Así, de forma colectiva, no. En Madrid, donde hay una comunidad muy amplia, sí lo hacen y nos invitan como cónsules para participar en el consulado general y la embajada. A nivel local, no.

P.- Y cuando se celebran elecciones en la República de Italia, ¿qué papel desempeñan ustedes?

R.- No tenemos funciones de colegio electoral. Nos dedicamos a distribuir la documentación que nos remite la embajada en Madrid, papeletas electorales, publicidad... Ya, luego, cada uno tramita su voto por correo y no regresa nada al consulado, ni se tramita por aquí. No tenemos otra función.

P.- ¿El sistema electoral italiano es distinto al español, o sus convocatorias son más o menos iguales?

R.- Más o menos lo mismo. Elecciones de parlamento nacional y locales.

P.- ¿En las elecciones europeas pueden votar los ciudadanos italianos en nuestra ciudad?

R.- Si se encuentran inscritos en el censo, sí.

P.- ¿Conoce usted Italia?

R.- Sí, la conozco. Fue a raíz de una invitación que me realizó el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, cuando nos hermanamos con Acicatena. Esa fue una gestión que se desarrolló a través del consulado. Creo que fue Mario Patané el alcalde que nos llamó y propuso el hermanamiento de las dos ciudades. Nos explicó la historia y nos pareció interesante. Nosotros se la trasladamos al presidente de la Ciudad y se interesó mucho. Se prepararon los actos de hermanamiento y yo no pude asistir al primero por no encontrarme en Ceuta en esos días. Consistió en una visita de responsables municipales de aquella ciudad siciliana que coincidió con las fiestas patronales de la Virgen de África. La segunda parte del acto, la visita recíproca de los responsables ceutíes a Acicatena, recuerdo que yo estaba de viaje con dirección a Valencia para asistir como letrado a unos juicios y recibí una llamada de Presidencia en la que se me invitaba a acompañar a la delegación ceutí. Estuvimos allí dos o tres días y fue precioso.

P.- Sí, curioso, porque estamos hermanados con un pueblecito de la Sicilia auténtica.

R.- Recuerdo una anécdota del viaje en que Juan Vivas y yo estábamos dando un paseo y vimos una iglesia en la que reconocimos a Santa Mónica y San Agustín. El sacerdote no andaba lejos de allí, vestido con un ropón largo, y al sentir que hablábamos de ese tema, se lo levantó para mostrar que debajo llevaba los hábitos de la orden y se identificó como padre agustino. Le explicamos que los dos habíamos estudiado en un colegio de la orden agustiniana.

P.- ¿Tiene pensado regresar a Italia?

R.- Entre los proyectos, siempre está. Este año ya estoy intentando organizar un viaje para el puente de diciembre, pero al final surge cualquier imprevisto y se puede fastidiar.

P.- ¿Las labores de cónsul le quitan tiempo de su trabajo?

R.- Tengo la colaboración inestimable de mi padre como canciller. Él se encarga del papeleo, de traducciones certificadas.

P.- ¿Hay algún horario?

R.- Normalmente, horario de oficina. Por la mañana de nueve a dos y por la tarde desde las cinco hasta las ocho. Aún así, si se produjera alguna llamada fuera de este tiempo, se procura siempre atender al ciudadano. Si lo podemos solucionar desde aquí, lo hacemos, y si no se puede, lo trasladamos al consulado general o incluso nos ponemos en contacto con algún municipio del que se requiera un certificado de nacimiento. Otros temas, ya un poco complicados se centran en el momento cuando se cambia la tripulación de un barco con bandera italiana. Tenemos que ir a bordo y hacer toda la documentación. Antiguamente pasaba mucho, pero en los últimos años, solamente hemos actuado en cuatro o cinco ocasiones.

P.- ¿Qué mensaje mandaría a los ciudadanos italianos de Ceuta?

R.- Decirles que estamos a su disposición y cualquier cosa que esté en nuestras manos, cuenten con que intentaremos solucionarles los problemas sean grandes o pequeños.

P.- Para terminar, ¿el cargo de cónsul honorario tiene caducidad o va más en función de la voluntad de seguir de quien lo ostenta?

R.- No, no está marcado un tiempo reglamentado. Hay cónsules que están más tiempo en el cargo y otros no. Yo me veo con ganas de seguir en ello todavía.
 

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