Hasta ahora, estábamos
acostumbrados a haber oído hablar, en muchas ocasiones, de
“ocupas” de viviendas, de las que cuesta expulsarlos Dios y
todo el coro celestial, una vez que “se meten” en un piso
que no es el suyo.
Hoy, por aquello de que “el más difícil todavía”, además de
en el circo, también, se da con frecuencia en determinados
lugares de Ceuta, tenemos que hablar de la ocupación de una
parcela municipal, para convertirla en alojamiento de una o
varias familias, sin dar cuenta de ello ni a Dios, ni al
Diablo.
Ante esta situación, menos mal, la Ciudad “se ha mojado” y
acaba de derribar los elementos, en varias obras ilegales
cometidas en el Príncipe Alfonso.
Otra vez, aparece el Príncipe Alfonso, o mejor dicho alguna
persona de él, al margen de la ley.
Y si decimos que la Ciudad “se ha mojado”, es porque la
réplica a cualquier ocupación ilegal, y las hay a montones,
será la rápida demolición.
Por algo hay que comenzar y esta, se nos antoja, es la
primera “respuesta rápida” desde la Ciudad a las obras
ilegales.
La medida me parece de lo más correcta, de no ser porque ya
veremos si se es capaz de llegar a todas y a cada una de las
múltiples obras ilegales y ya terminadas, que se han dado a
lo largo de muchos años, con lo que, “ a ver quien le pone,
ahora, el cascabel al gato” para esa rápida demolición en
lugares ocupados y modelados, desde hace 30 años o más.
Desde la Ciudad, y como si fuera una parte del pregón de
ferias, se dice que se trata de disuadir de seguir por esa
línea “a cualquier persona que piense llevar a cabo una
actuación sobre un terreno no suyo, sino público”.
Aplaudo la teoría, pero me reservo, para más adelante, la
práctica de que esto se haga “sin miramientos” para todos
por igual, sean del grupo que sean.
Y cumpliendo con su deber, Fomento hizo efectivas las
primeras resoluciones de derribo de elementos con los que se
estaba ocupando gratuitamente, suelo público, en el que se
había comenzado a edificar, de forma, totalmente, ilegal.
Bien la Ciudad, muy bien Fomento, pero ahí no se puede
quedar la situación, hay que seguir y avanzar por ese
camino.
La Ciudad quiere dar una “respuesta rápida” al expolio en
ciertas partes del territorio perteneciente a Ceuta.
El comienzo ha sido, repitámoslo, en el Príncipe, donde las
máquinas del Parque Móvil Municipal limpiaron, hace unos
días, uno de los terrenos ocupados recientemente.
Y si esto no debe hacer ninguna gracia a quienes llevaran a
cabo esa labor de limpieza, sí que produce más que risa,
sonrisa, las manifestaciones de uno de los “vecinos” que se
presentaron en el lugar y lejos de reconocer la falta que se
había cometido, llegó a afirmar, como derecho, que “el
terreno es de Dios”.
No me dirán que no tiene gracejo la aseveración, tras estar
comprobado que para que los “ocupas” “no lo tengan que poner
todo” existe, además del robo del suelo, robo del suministro
de luz y agua, con enchufes ilegales.
Ese clamor por la “propiedad divina”, en uno de ellos, trae
además, que él mismo habita una casa que técnicos de Fomento
han denunciado, hace cinco años. ¿Por qué no se ha actuado
ya ahí, también?.
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