Es lo que acaba de dar el
Parlamento de Cataluña a la fiesta de los toros en esa
comunidad autónoma.
En dos años, no sé si antes, por esta actuación de sus
señorías de Cataluña, una de las mejores aficiones de España
se quedará sin poder ver una corrida de toros en su propia
tierra, porque los políticos se lo acaban de prohibir.
De una manera o de otra, muchos de los que hablan de y piden
libertad, lo que hacen es llevar a cabo actitudes y
elementos culturales a la prohibición.
Una buena forma de ejercer la libertad, prohibiendo lo que a
ellos no les gusta, con un sentido pueblerino, sólo similar
al que ejercían y ahora ejercen ellos, parangonándose con le
caciquismo más recalcitrante de nuestra historia.
No sé si un día, con un partido fuerte en el poder central,
se podrá recuperar lo que ahora los políticos han hurtado a
la afición catalana, esto es, recuperar la fiesta de los
toros en esa Comunidad Autónoma, y hacer de ella, para todo
el Estado Español , una verdadera categoría cultural de toda
España, Cataluña también lo es, y que sea intocable en todo
el territorio español.
La fiesta de los toros es cultura y además genera riqueza y
puestos de trabajo que ya veremos ahora como se resuelve ahí
y con qué se va a pagar lo que termina de romperse.
Nada más terminar la votación, en una fecha siniestra para
la cultura y el arte en España, este 28 de julio, se habla
ya de que esta prohibición va a costar 300.000 millones de
euros.
Pero ¿Quién los va a pagar?.¿Quién va a sufragar esos gastos
producidos por la memez de ciertos grupos separatistas y
antiespañoles, que han tenido el apoyo cínico de otros que
se tildan de españoles?
Hace dos días yo lo anunciaba y ahora lo vuelvo a decir:”Me
molesta que se quite de la circulación algo propio de mi
país y esto de la fiesta de los toros es uno de los
elementos más distintivos”.
Por eso, porque desde el Parlamento de Cataluña se prohíbe
la “ fiesta española”, yo, que no soy bebedor, por ejemplo,
haría la llamada a todos los que forman parte del mundo del
toro, a que estas Navidades, en vez de brindar con cava
catalán brinden con otro tipo de productos, pero que no
lleven el sello y la distinción de Cataluña. Igualmente les
pediría a todos los taurinos que pongan el veto a otra serie
de productos de signo catalán, y no por los productos, sino
para que sus fabricantes den su correctivo a ese grupo de
mentecatos que no han sabido diferenciar lo que es cultura
de lo que es una simple memez. Porque aquí, estos mentecatos
han actuado con una doble moral, prohibiendo la fiesta de
los toros, para dar un golpe mortal a uno de los elementos
que distinguen al pueblo español.
Ahora mismo, no creo que parte de la hostelería de Cataluña
haya quedado muy contenta con esta decisión de “sus
señoría”, porque a partir de ahora para ver a José Tomás, el
Juli o Perera no irán miles de seguidores de los toros a
Barcelona, sino que pasarán de largo para ir a verlos a
Francia, donde la sensatez está muy por encima de los
miembros del Parlamento de Cataluña.
Y es que esos miles de seguidores en vez de comer, cenar o
dormir en Barcelona, lo podrán hacer en cualquiera de las
ciudades francesas, donde sí pueden ver, libremente, las
corridas de toros.
Lo más lamentable de todo es que siendo presidente de
Cataluña un cordobés, se hayan prohibido las corridas de
toros en esta comunidad autónoma. Una cosa más de políticos.
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