No acierto a saber cómo ha podido volver meterse en un nuevo
jardín José Antonio Carracao. La rueda de prensa que ofreció
ayer llama la atención considerablemente desde el momento en
que, con cierta alegría, denuncia supuestas connivencias del
gobierno para la adjudicación del servicio de transporte de
basuras a Urbaser que se presentó junto con la naviera ceutí
‘Stamp’. Y en ese maremagnun palabrero arremete contra el
diputado por Ceuta, Francisco Antonio González Pérez al que
acusa bisoñamente de ser el beneficiado no se sabe bien de
qué.
Lo peor de denunciar públicamente desde el atril que el PSOE
le ofrece a Carracao es que se acuse sin los elementos de
prueba a mano, como es este caso. A José Antonio Carracao le
llegan rumores y entra a saco sin haber analizado levemente
el entorno de donde le pudieran llegar esos interesados
comentarios. De ahí que su bisoñez le vuelva a jugar una
mala pasada, otra vez.
De nada le ha importado tampoco al joven Carracao, asesor
del delegado del Gobierno, que éste acudiera a la
inauguración de la naviera ceutí y alabara y se congratulara
de la iniciativa empresarial adoptada.
Pero lo peor es que acuse de tráfico de influencias para que
la Administración local adjudique un servicio necesario a
una empresa que, curiosamente, es 300.000 euros al año más
barata que la otra oferta presentada. Esa que Carracao
nombró como la que ha iniciado acciones legales. Más parece
que Carracao -vuelvo a repetir, bisoño- esté intentando
jugar a favorecer a una empresa que en seis años iba a
costarle a la Ciudad Autónoma 1’8 millones de euros más que
la actual contrata. Es decir, 1’8 millones de euros con los
que la Ciudad no podría desarrollar otras inversiones o
programas que ahora sí podrá llevar a cabo por el ahorro que
le ha supuesto la adjudicación a Urbaser-Stamp.
Lógicamente no creo que Carracao se lance de este modo por
favorecer a la empresa perdedora del concurso, pero sí me
creo que haya caido en una trampa, la que le hayan puesto
aquellos que sí se han sentido dolidos por la pérdida de la
adjudicación del servicio del transporte de basuras.
Los elementos de juicio que le faltan a Carracao para acusar
son evidentes. González Pérez no es consejero de STAMP.
Sencillamente porque el consejo de administración de la
naviera no se ha reunido todavía para realizar los
nombramientos. Al joven socialista, aspirante que fue a
diputado y dentro de poco a alcalde, le ha cegado la prueba
de que el congresista ceutí tiene concedido en el registro
de intereses del Congreso de los Diputados ser consejero de
STAMP. Pero lo que no ha comprendido Carracao es que esta
petición siempre ha de ser previa a serlo, por una cuestión
de lógica práxis de decencia, la que ha vuelto a tener
González Pérez por no arremeter aún más con esa salida de
tono de Carracao y contestarle con elevado grado de
gentileza..
Acusar gratuitamente por dañar la imagen de alguien no es
muy digno. Pero aun peor es hacerlo porque la Ciudad va a
pagar ahora casi dos millones de euros menos tras adjudicar
el servicio a otra empresa distinta a la que parece defender
Carracao. Lo dicho, bisoño.
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