De la segunda parte, del momento
del ambulatorio que el señor musulmán, se convirtió en
protagonista, de la saga de extracción de sangre. La señora
eficiente y comprensible, encargada de administrar la
gestión de números y orden, ante la avalancha entre comillas
, de pacientes de un solo golpe, nos dijo, sentaros, que
VUELVO A PASAR LISTA DE NUEVO, dicen que no hay que
alterarse para que te hagan la analítica, para que todo
salga correcto...
Yo tenía para las ocho y cuarto, y eran las ocho y diez,
conforme la señora encargada del INGESA, de hacer su
trabajo, sufrió el comentario, soez y cutre de que el señor
con esa pinta horrible, decía que a el no lo podía nombrar ,
porque tenía para las ocho y cuarte, que eran las ocho y
diez, supongo que el wito, no sabe que si tiene pacientes
para las ocho, ocho y diez, SE HACE UN BARRIDO, de números y
pacientes, para ir agilizando el tema, de manera que si
tiene tres, pues eso, se van entrado, para no masificar la
sala del ambulatorio, QUE PAGAMOS TODOS LOS ESPAÑOLES.
Una señora mayor, enlutada, le hacía comentarios
convincentes al señor del comentario que alteraba e irritaba
a todos los demás, no se preocupe, que la rutina consiste,
en ordenar a los asistentes al ritual de sacar sangre, y voy
a pasar lista, otra vez con su cabezonería, y saltó el
tipico YO TENGO QUE TRABAJAR, cojones y narices, que estamos
los demás aquí por gusto? pensaba yo mentalmente, Javier
calmate te vaya a pasar como la discoteca...
Le comentó despectivamente a la señora mayor, señora con
usted no estoy hablando, estoy hablando con ella, mi mujer
entre tal MAREMAGNUM, ya había pasado el corte y la estaban
sacando sangre, me toca el turno a mí, ya que fuimos por
parejas, y el señor este angelito, se metió como un niño
chico, y se quejaba en árabe, a una enfermera, y le sacaron
sangre aparte, anda que si llega a ser al revés... por las
quejas y tratos de favor y la marginación social...
Cuando mi mujer salió, le dije te has librado del maremagnum
que se a liado aquí hace un rato, a fin de cuentas ninguno
nos vamos a quedar aquí.
Que pena que no den Medallas de la Autonomia, al gremio de
enfermeros y personal del INGESA DE LOS AMBULATORIOS, lo que
hay que aguantar, y encima como este señor SE NOS QUEJAN.
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