Un joven que responde a las iniciales A.E.K. podría ser
condenado a dos años y medio de prisión después de que una
prueba radiológica en el embarque del puerto detectara que
portaba en su interior 400 gramos de hachís.
Los hechos ocurrieron el pasado 20 de junio, cuando los
perros de la Guardia Civil rastrearon su coche. Al no
encontrar, en principio, nada en el vehículo, el joven, que
viajaba junto a su mujer fue sometido a la correspondiente
prueba radiólogica encontrándose la droga en su interior.
El acusado, que reside en Córdoba y percibe unos 500 euros
de salario, aseguró que trasladaba la droga para uso propio,
ya que consumía una media de diez gramos diarios.
La defensa presentó la acreditación de que el joven estaba
siendo tratado en el Centro Provincial de Drogodependencias
y alegó que la prueba radiológica se realizó sin garantías y
sin consentimiento, por lo que pidió la absolución o,
subsidiariamente, una pena de ocho meses.
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