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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 28 DE JULIO DE 2010

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Obama y su Obamesa vienen a Marbella
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Pero antes han llegado los jeques árabes y sus jequesas, con un séquito espectacular. Tal vez por eso, la alcaldesa, ha atendido por vez primera al clamor popular que rabiaba ante el panorama desolador que ha venido ofreciendo durante todo el año el otrora exquisito Puerto Banús.

De hecho, las docenas de africanos que esperaban en las puertas de las tiendas de las mejores marcas ofertando impunemente falsificaciones, sencillamente, han desaparecido. Para alivio de los comerciantes y de los marbelleros que contemplaban con desolación como la pija Marbella estaba camino de convertirse en el mayor y más cutre mercadillo de marcas falsas de España. La ciudad estaba calamitosa. Hasta que han llegado los árabes para dar el lustro de los petrodólares a las mejores boutiques, gastar dinero con poderío y ocupar las terrazas más exquisitas. De hecho, el mejor punto de control de los cochazos y de las damas con sus escoltas es la esquina de Da Paolo donde, el café, ya cuesta tres euros y la tarta-mazacote de chocolate no sé cuanto ha aumentado de precio porque ni mi amiga María Rosa Jimeno ni yo nos atrevemos a pedirla y compartirla.

Pero el café de Da Paolo, por más que lo hayan encarecido y siga siendo igual de regular, vale su peso en oro desde el momento en que no te asaltan cien africanos con Rolex falsos, gafas falsas, Louis Vuitton falso, Loewe falso y Gucci falso. Ni tampoco las pilinguis poligoneras hacen impracticables las calles de segunda fila del Puerto. Se trata de dar imagen de pulcritud y seguridad ante la nobleza del desierto. ¡Y vengan policías locales!. Algo maravilloso que recuerda a los tiempos pasados aunque, el perverso alcalde Juan Antonio Roca, con las llaves de las arcas del ayuntamiento y absoluta disponibilidad, saqueara impunemente la ciudad, porque para eso era el que mandaba y decía aquello de “¡Las putas a los putódromos, en las calles no las quiero!”. Todo muy chabacano y muy populista y por ello Roca ganaba siempre en las urnas a sus adversarios, a esos que siguen lamiéndose las heridas y acumulando despechos e ideaciones de terribles venganzas.

Y eso que, la noticia del siglo es que vienen al hotel Villa Padierna Obama, la Obamesa y sus niñas que sí pueden ser fotografiadas porque son muy lindas y van vestidas en plan “niñas bien de toda la vida” Vamos, que son presentables. Y la imagen de la familia de un Presidente es fundamental para su trayectoria, porque ofrece una idea de su estabilidad como ser humano y de su carácter.

El Villa Padierna es de Alicia Villapadierna, rubia y con mechas, como Dios manda y de su marido Ricardo Arranz, que fuera y es poseedor del porte más distinguido de la zona, con permiso de Pedro Román. Un hotelazo de ultralujo tipo palacio toscano, lleno de arte y de antigüedades, aunque quedarse allí enclaustrados es un muermo y Marbella, tal y como vuelve a estar es una ciudad para pasearla, con un paseo marítimo de la etapa anterior que, perdido su carácter de zoco de falsificaciones, vuelve a ser muy Miami Beach, el Puerto con los árabes es el Puerto de toda la vida, tomado por damas qataríes que llevan foulares y pañuelos de grandes marcas cubriéndoles la cabeza con diseños de lo más complicados, tipo turbantes trenzados y cosas por el estilo. En España los árabes millonarios encantan y embelesan de manera directamente proporcional a la de que, ni encantan, ni embelesan los tiesos, sean de la nacionalidad que sean. ¡Lo que es la gente!. Y ahora, con la inminente llegada de los americanos, los marbelleros están obnubilados y felices, deseando que la estancia sea un éxito y conscientes de que hay que dejar disfrutar la ciudad a los Obama y que para eso hay que poner normas a los paparazzi que pululan al acecho de una foto de la Obregón o de Yola Berrocal. No se puede agobiar al guardián de Occidente ni tratar de subirse a un algarrobo para robar una foto de la Obamesa en bikini porque se arruina la visita y además los servicios secretos de ellos y sus policías tienen más libertad de acción que los nuestros porque ningún juez americano va a condenar a un tipo de los servicios de seguridad por darle un ostión a un jilipollas.

¿Qué si los Obama van a ir a Ceuta? Todo es cuestión de invitarles a hacer un tour turístico, porque tienen fama de ser absolutamente encantadores y muy cercanos. Y el ser encantadores y cercanos es privilegio de quienes han comido caliente toda su vida y no tienen que ir demostrando su poderío, porque, lo que se tiene se exuda desde los sobacos y no hay que demostrarlo.

¿Qué dicen con esos gestos de estar esperando la llegada del cuponazo? ¿Qué si Obama se apiadará de nuestros pobres y de nuestros parados y enjaretará una nuevo Plan Marshall de ayuda urgente? Dios lo quiera. Todo es cuestión de hacer llegar al hotel Villa Padierna-Benahavís-Málaga, fotografías de las colas del INEM, fotocopias de las cartillas de los jubilados con sus cuatrocientos euros de paga, reportajes de nuestras barriadas y de los comedores de Cáritas, estadísticas de las familias a quienes, los buitres de la banca, han arrebatado sus pisos por no poder pagar las hipotecas y se ven en la puta calle. Que no piense Obama que la realidad española son los preciosos salones del hotel o el escamondado Banús con las árabes asaltando Gucci. España es otra realidad más amarga y lo más terrible es que, los españoles, no tenemos a quien recurrir. A no ser que Obama se quede, claro está.
 

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