Y ya son trece las veces que la
rojigualda ha ondeado en el corazón de París, al terminar el
Tour de Francia.
También en 2010, no podía ser menos, el triunfo en la ronda
gala fue para el español y madrileño, Contador. Y van tres.
Sí, tres veces y las que queden, todavía, ha oído el himno
de España este corredor, subido a lo más alto del podium, y
en silencio, con gran seriedad, ha visto como se izaba
nuestra bandera. No había duda, no la hay, en este caso de
lo que es y como siente su españolidad este gran ciclista
español.
Y si cada vez que un español ha sido triunfador en un gran
acontecimiento deportivo, se ha festejado, por todo lo alto,
en esta ocasión no podía ser menos, puesto que, también, en
ciclismo quedamos marcados como primerísima potencia
mundial, casi intratables, en la ronda gala, a tenor de los
resultados que hemos conseguido en los últimos veinte años,
cosa que no es una simple casualidad.
¡¡Vaya mes!!, o mes y medio, con lo que llevamos logrado en
la esfera deportiva, en deportes de todo tipo.
Primero con la recuperación del número 1, por parte de Rafa
Nadal, en tenis, tras arrollar a cuantos le han salido al
paso y siendo, de ahora para siempre, una primerísima
figura, en el deporte de la raqueta, logrando lo que han
logrado muy pocos de los más grandes.
Este hecho de Nadal, tras haber perdido ese número 1 y
volverlo a recuperar, es otra de las marcas que con mucha
dificultad podrá repetirse, en el futuro, al ser un golpe
maestro que no está al alcance de cualquiera.
El mes de junio, y especialmente el de julio, nos ha traído
lo impensable, hace muy pocos años, ser Campeones del Mundo
de Fútbol, haciendo un campeonato memorable, del que,
todavía, quedan rescoldos en la prensa, en la televisión y,
especialmente, en todos los seguidores.
¡¡Vaya año!!. Algo servirá para olvidarse de la crisis que
nos envuelve y que nos tiene, a todos, “acongojados”, por no
decir otra cosa más dura.
Con esto, se están olvidando un poco todos los malos
momentos y todas las penurias que aparecen en el horizonte
de una gran parte de la sociedad.
Buen remate de faena, en la fiesta del patrono de España y
en el mismo corazón de Francia. Era lo esperado, desde hace
varias semanas, y ni siquiera las interpretaciones aviesas
de ciertos desconocedores de lo que es el ciclismo, de lo
que es la competición y de lo que es el “juego limpio”, han
podido empañar una victoria merecida, como ha sido la
lograda por Contador.
Una vez más, hay que volver a recordarlo, y es que todo el
trabajo invertido, muy bien invertido, antes de las
Olimpiadas de Barcelona, en 1992, ha dado sus frutos, ya
desde entonces, y ha formado una generación de deportistas
que no van a competir, únicamente, sino que van a competir y
a ganar.
Jamás, hay que decirlo con claridad, se trabajó en una
especialidad de la vida, como se ha trabajado desde los años
80, del pasado siglo, sobre el deporte, para, en principio,
hacer un buen papel en nuestros propios Juegos Olímpicos y
luego seguir en todo lo alto de las diversas competiciones.
Y para que nada faltara, también el domingo, Alonso volvió a
ganar con Ferrari. Es lo que hay.
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