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economía - MARTES, 27 DE JULIO DE 2010


imposible sin ventilador. j.g.

CONSUMO / LOS EFECTOS DEL VERANO
 

Mercado de calor

Las altas temperaturas agobian a los
detallistas y usuarios de la plaza de abasto más concurrida de Ceuta, ya que, a diferencia de la de Hadú, todavía carece de cualquier forma de climatización
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Estar dentro del puesto me resulta insoportable, porque hasta aquí no llega el aire que entra por las puertas”, se queja la encargada de la Charcutería Gutiérrez mientras se las apaña con un pequeño ventilador sobre el mostrador. “Hace mucho calor”, sentencia una clienta del mercado mientras se abanica en el puesto de las frutas.

El Mercado Central de Abasto es el Mercado Central, pero el de Hadú ya lo supera en prestaciones como la climatización, que se echa muy en falta en verano. Algunos detallistas del mercado temen que el factor climatológico pueda influir en su contabilidad. “Estamos sin aire. La clientela se retrae de venir y eso acaba influyendo en las ventas”, asegura Ahmed Haddu, que tiene un puesto de alimentación bebidas.

El veterinario de la Consejería de Sanidad y Consumo, José María Aguirre, asegura que estas enormes instalaciones poseen ventilación natural. “El mercado dispone de un sistema de renovación forzada del aire en todas las plantas y todos los pasillos. De esta manera se extrae el aire caliente del interior y se expulsa de manera forzosa hacia el exterior”, señaló el técnico.

El viceconsejero de Consumo, Manuel Carlos Blasco, recuerda que este sistema de renovación forzada del aire supuso hace menos de cinco años una inversión de un millón de euros. Al viceconsejero tampoco le constan quejas de los concesionarios de los puestos por la falta de climatización. “Además, no creo que exista un sistema de aire acondicionado capaz de refrigerar un mercado de semejantes proporciones”, apostilló Blasco.

Algunos detallistas se han salido del puesto mientras no llega la clientela y se han sentado junto a la baranda buscando alguna brisa que les reconforte de las temperaturas que se vienen padeciendo. Muchos usuarios se refrescan en la barra del bar y los más resignados se apañan con ventiladores. No hay más solución factible que la que ya se ha buscado. A menos que se construya un mercado nuevo.

“En este mercado es imposible instalar un sistema de climatización porque está todo abierto. La misma cubierta del mercado tiene una ranura por donde se escapa el aire. Y no hay que olvidar que los accesos sólo están sellados por rejas metálicas”, prosigue argumentando el veterinario.

El sistema de renovación forzada del aire dispone de dos motores dentro del mercado. Uno en cada planta. A pesar de la función que cumple este dispositivo, el propio Aguirre admite que, particularmente en el interior de los puestos, hace mucho calor.

El veterinario es muy consciente de que la mercancía que más se resiente por estas circunstancias es la fruta. En la frutería Abdeselam Barcanne saben que deben tener mucho cuidado para que se los estropee el género. Por eso siempre están pendiente de la nevera situado en los bajos del mercado, donde se almacena la verdura. “Si no vendo los calabacines en el día los bajo a la nevera al día siguiente. Y, además, también existen los champiñones y otras artículos muy delicados que necesitan estar siempre al fresco”, nos explica el titular del puesto. Este detallista también aprecia la incidencia del verano sobre las ventas. “Viene menos público, porque hay quien aguanta poco los calores”, subraya el frutero.

Trabajar entre motores

Otro tipo de género está mejor pertrechado. Carnicerías, pollerías, pescaderías, disponen de congeladores y neveras que permiten eludir la baja temperatura ambiente. Sin embargo, si los artículos de estos sectores resisten con facilidad el calor, los detallistas que atienden estos puestos se llevan la peor parte. Lo explica Abdeselam Abaderrazak, de la Volatería Abdeselam: “Pasamos más agobio que ningún otro concesionario por el calor que desprenden los motores de las neveras que conservan frescos nuestros artículos”.

Este detallista es de los más veteranos del mercado. Llegó a él en 1973 y ha vivido todas las mejoras que han querido incorporarle. Sin embargo, es muy escéptico respecto a la efectividad del sistema de renovación forzada de aire. “Los extractores llevan años en funcionamiento y nosotros no notamos ninguna mejora”, asegura Abaderrazak.

Es más, el comerciante asegura que con los años se han unido muchos factores que han hecho el mercado mucho más calurosos. Para empezar, la planta ya no tiene aquellos techos altos de otros días. Después se instalaron falsos techos que reducían la altura de la planta en al menos tres metros. Este factor ha derivado en una situación atmosférica más agobiante.

Luego está el problema de las ventanas al exterior que se sitúan en la parte trasera de sus puestos. Cuando pusieron la parada de autobuses frente al mercado, con el fin de evitar la entrada de polvo y gases de los vehículos, se les instalaron unas especies de chapado que, no sólo evita la entrada del polvo y los gases, también del aire del exterior. En consecuencia, la temperatura ha ido subiendo más y más en el interior de este y otros puestos aledaños.

Aunque al veterano detallista no le gusta ser negativo y asegura que “el mercado está bien, pero necesita un arreglo en condiciones”. La alternativa se halla en las nuevas instalaciones que viene anunciando la Ciudad. El detallista frunce el ceño: “Nos hablan de un mercado nuevo pero que lo paguemos nosotros”.
 

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