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OPINIÓN - LUNES, 26 DE JULIO DE 2010

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

La España del toro Ratón y de los Macrojuicios
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Han visto ustedes la poquísima vergüenza? Lógica en estos tiempos de relativismo moral y ético. Y de nihilismo a la hora de coger número en las colas del INEM. Pero “esto” excede todo lo soportable. ¿Qué cual es el motivo de que me sulfure? Pues el motivo reside en que, desde las páginas de este diario nos hemos dedicado a cantar las glorias de nuestro entrañable y sanguinario toro Ratón. Y como, el personal, es tan imaginativo, se han apresurado a dedicarle una página entera de un diario nacional a Ratón, con entrevista exclusiva y fotos artísticas. Lógico, ellos tienen todos los medios y a nosotros lo único que nos sobra es la buena voluntad y la virtud cristiana.

Así que no pudimos entrevistar al astado, ni hacerle fotos artísticas, ni hablar con su manager para que nos contara que, el caché del ídolo, se ha doblado e incluso triplicado. A esto aparecen las televisiones y sale nuestro Ratón en dos grandes cadenas, donde se hacen lenguas de sus hazañas y aparecen los vecinos de los afortunados pueblos que cuentan con la actuación del bicho mostrando su entusiasmo por lo que les espera en la plaza en cuanto suelten al artista y salten los mozos. “Es que es un toro muy inteligente, va a por uno y está disimulando, porque le tiene puesto el ojo a otro y a ese va y le pilla” “Ratón es el mejor” “Cualquier fiesta con el Ratón es el doble de fiesta y se agotan las entradas”. Vale. ¿Y mi iniciativa de nombrar a Ratón por su coraje y bravura “Mascota predilecta de la ciudad de Ceuta”? Ahora van los catetos y la plagian y todos quieren al astado como “Hijo predilecto”. Pues que Vivas se ponga las pilas, monte como buenamente pueda una plaza de toros portátil y contrate al ídolo de masas para la feria o para cualquier festividad, porque aquí no vamos a ser menos, ni vamos a ir de cutres y de tiesos.

¿Y la iniciativa de marketing reflejada en estas páginas para que el sanguinario y noble animal fuera figura estelar en los mítines del PP? Pues “los otros” ya se han adelantado y le rondan. En el fondo y en la forma nos sale la raza celtíbera con el toque atlante. A todos. Y olvidamos a medias la realidad que nos ha tocado vivir y padecer. Porque, el otoño va de macrojuicios, ya saben, de juzgar esas “causas generales” que aparecen prohibidas por la Constitución pero que, como la Constitución se interpreta y se modela como la plastilina, aquí todo vale y todo cabe. Y se lo digo como testigo directo. ¿Qué se vulneran sistemáticamente las normas de reparto como en la Malaya? Bueno “es que en Marbella se reparte así”. Yo estuve en el juicio del Saqueo I y presencié como un joven abogado de oficio tuvo que hacerse cargo con un mes de plazo, de la defensa de Juan Antonio Roca, porque el otro abogado había renunciado por falta de pago. Los abogados de Jaume Mata no renunciaron porque sí pudo pagarles y también pagar en una semana una fianza de tres millones de euros. Y no salió su casa en televisión ni se llevaron los muebles de su palacete. A “eso” se le llama “Principio de Igualdad” y se sueltan paridas tipo “todos somos “iguales” ante la ley”. Aquí lo normal sería la irrupción del Ratón. Para oxigenar la atmósfera y que se pueda respirar. ¿Qué que hizo el abogado de oficio de Roca? Pues decir que no había tenido tiempo material en un mes de estudiarse tantos tomos y que no iba preparado en absoluto para defender a nadie. La presidenta del tribunal que era la Sala de la Audiencia Nacional no le dio importancia a ese “insignificante” detalle y ordenó continuar el juicio. Total ¿para qué iba a servir que el abogado se diera la tripotera de estudiar? No merecía la pena.

Y ahora se repite lo mismo. Roca sin abogado en la Malaya por no poder pagar y porque es muy malo y le piden más años que al asesino de Mari Luz. Ha nombrado a toda prisa por no ir indefenso a mi amiga Rocío, que es una persona y una profesional maravillosa, para que prepare en un par de meses lo que, los otros han preparado en cuatro años. No le va a dar tiempo ni a leerlo, pero ¿para que se lo va a leer entero? El juicio ya lo han hecho las televisiones y cualquiera tiene los huevos de comenzar las cuestiones preliminares, con la vulneración de las normas de reparto como primera cuestión y decir “¡esto es más nulo que el proceso de Pilatos contra Nuestro Señor Jesucristo! A ver, que se deduzca testimonio contra el juez instructor y el fiscal y aquí se acaba el mamonéo!”.

Para hacer algo así de honrado y de bueno habría que tener los instintos del Ratón y estar dispuesto a arremeter contra todo el que se tercie. Recordando, eso sí, que en este país, que han vuelto sombrío y oscuro, el lugar de las medias palabras y de las verdades a medias, el lugar de los justicieros, que no de los hombres justos y el territorio de las llamadas telefónicas a hurtadillas, de los linchamientos por anticipado, de los juicios paralelos y de los murmullos por las esquinas, en este reinado del miedo y de la iniquidad, con el pueblo amordazado, llega un animal bravío, rompe los esquemas, patea a destajo, escupe y hunde los cuernos en las tripas del que pille sin temer ser calificado como “políticamente incorrecto” y los españoles deliramos.

Eso tiene la hombría y el valor. Eso tiene ir por derecho, pasándose por el forro de los cojones consignas “de los de arriba” que pronto serán “los de abajo”, tiene que hace soñar al pueblo, aplaudir, reír, gritar de regocijado horror y hacerlo desde la libertad, sin miedo a venganzas ni a represalias de “los que están ahora”. Nos consta a los españoles que, aunque a nuestro Ratón le ofrecieran el Ministerio de Asuntos Taurinos, nunca, jamás, traicionaría a “su público” y seguiría siendo quien es y como es. Bruto y valiente. Un astado español como Dios manda. Y no olvidemos nunca que, el buen Dios, manda en todo lo bello y lo bueno del Universo.

Y llama “bienaventurados” a los perseguidos por la justicia. Y cuando digo “perseguidos” sé lo que me estoy diciendo. Ustedes también lo saben. Y lo sabe el Ratón. Y también lo sabe el buen Dios.
 

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