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OPINIÓN - DOMINGO, 25 DE JULIO DE 2010

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

El descontrol …

Por Ramón Cutillas García


De los controladores aéreos, en relación a la opinión pública, radica fundamentalmente en la opinión publicada, que crea un dictamen muy veraz sobre la realidad de sus comportamientos ante la Administración y sobre las incidencias que directamente, pero que muy directamente incurren en los usuarios de las líneas aéreas, que somos los que realmente salimos perjudicados, junto con las líneas aéreas, de las consecuencias que se derivan de las actitudes de este colectivo.

Es incuestionable que las incidencias sobre los controladores nos repercuten sobre todos aquellos que tengamos que adquirir un billete aéreo para desplazarnos por este medio. Por lo que interpreto que todos deseamos lo mejor para este colectivo que de manera tan directa nos afecta a los que tengamos que coger un avión. Máxime, cuando las estadísticas nos afirman que la mayor parte de los accidentes aéreos se sufren en los despegues y aterrizajes de las aeronaves. Por lo que por egoísmo tenemos que solidarizarnos con este colectivo , que son los que dirigen y determinan cuándo deben entrar o salir las aeronaves de un aeropuerto, momentos en los que depositamos nuestras vidas en sus manos y en las de los pilotos y tripulación de las aeronaves.

Por usuario de líneas aéreas, me he de solidarizar con los controladores para la consecución de mayor equilibrio en la ejecución del trabajo que realizan en los momentos del despegue o aterrizaje de la aeronave que he cogido estoy poniendo en su buen hacer mi vida. Y es por lo que les deseo que en esos momentos tan sólo tengan presente lo que están realizando y no se puedan distraer con otros aconteceres distintos a la labor que desarrollan.

Aunque se me pueda achacar que mi solidaridad con este colectivo es por puro egoísmo, lo acepto. Quiero para ellos lo mejor, porque en ese mejor se encuentra que durante la ejecución del ejercicio de sus funciones tan solo tenga en su mente las correctas coordenadas que tiene que llevar el piloto y que no exista posibilidad de lagunas por estar pensando en la precariedad de su empleo o en el exceso de trabajo por falta de personal.

Lo que no puedo hacer es solidarizarme con un colectivo, constituido en la actualidad como grupo coercitivo, por la tolerancia de diversas Administraciones, que han permitido al consentir que el grupo sea el que habilite a los individuos/as, para que puedan ejercer su oficio. Oficio, al decir de algunos mal pensantes, que aunque no se exigía extraños requisitos , ya que se limitaban a que el solicitante tuviese 21 años cumplidos, bachiller superior aprobado y someterse a pruebas de Ingles y , psicotécnicas , sin embargo su admisión quedaba limitada a unos escasísimos seleccionados que por regla general eran familiares de los controladores en ejercicio.

Lo que muy bien pudiera justificar por el entramado genético que se da en este oficio haya propiciado como nos dice Doña Marisa Recuero en el Diario el Mundo, del pasado 20, que desde la entrada en vigor de la Ley que regula la prestación de servicios de control aéreo , el 14 de Abril próximo pasado se hayan incrementado las bajas laborales de los controladores aéreos .Bajas sorpresivas, que por ello desestabiliza el servicio y los controladores que quedan al frente de esto y que con ello indudablemente, pudiera crear un gravísimo perjuicio al servicio y con ello a los tripulantes y viajeros de las aeronaves.

La inconsecuencia de las acciones de los controladores aéreos con las bajas que presentan amputando con ello de personal las Torres de Control y sobrecargando de trabajo a los compañeros en servicio pudiera propiciar accidentes tan graves que cuanto menos podría decir que ponen en peligro a tripulante y pasajeros de las aeronaves a las que deben facilitar el servicio de control. Servicios de control que se hallan mermados en principio por ausencias y por la distracción que las mismas pudieran producir en los controladores presentes.

Que las bajas que presentan los controladores/as son conspirativas y encubren una huelga , nos lo recoge la propia comentarista al afirmar que el 90 % de ellas son motivadas a ataque de ansiedad , estrés, problema cervicales, subida de la presión arterial, ya que las dolencias expuestas son tan sobrellevables como para poder acudir al centro de trabajo y esperar que un compañero/a la/e pueda/e sustituir sin perjudicar con ello el servicio ni poner en riesgo tripulación y pasaje. Pero sobre todo lo demuestra la advertencia de la UNION SINDICAL DE CONTROLADORES AEREOS: “La falta de trabajadores en las torres de control irá a más y habrá más bajas si Aena sigue programando igual”.

Es evidente que lo de los controladores aereos es una huelga orquestada para poner en solfa a Pepiño a través de un sindicato que no pertenece al PSOE ni a ningún tipo de izquierda, por los emolumentos que percibían los controladores hasta la entrada en vigor de la antedicha Ley de 14 de Abril en la que se modificó la percepción retributiva en función de lo que nos manifiesta Doña Marisa Recuero : “ Con el antiguo convenio, un controlador trabajaba 1.200 horas ordinarias y hasta 600 horas extraordinarias anualmente.Con la nueva Ley, las ordinarias se incrementaron hasta 1750 horas y las extras se redujeron a 80… Esta disminución de horas extras …hizo que el salario medio cayese de 375.000 € anuales a 200.000 € anuales…”. En función “…de que las horas extras se pagan 2,65 veces mas que las horas ordinarias…”

Siendo ésta y no otra la verdadera razón de la huelga de servicios mínimos encubierta por las bajas laborales en un periodo que por vacacional conlleva un incremento considerable en el transporte aéreo y representa un grandísimo perjuicio irreparable para muchos de los usuarios .

Siendo el de la huelga un derecho legitimo, la encubierta de los Controladores , que no es la primera que se hace, queda ilegitimada por haber transcendido que la misma no se realiza en protección de los usuarios, si no buscando el mantenimiento de los emolumentos conseguidos hasta el 14 de Abril pasado. Por lo que la huelga de mínimos, encubierta con bajas laborales representa un peligro para tripulación y pasaje, por la merma de personal en las Torres de Control. Por ello y a mi pesar he de felicitar a Don José Blanco, Ministro de Fomento, por haber puesto de una vez por todas el punto donde anteriores ministros no lo hicieron.
 

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