Entre sentirse victimas del resto
de los pueblos españoles y pedir la independencia ha sido
una tónica siempre empleada por algunos catalanes que han
sido, ambas cosas, la bandera lanzada al viento contra todo
lo español.
He dicho algunos clanes, porque le pueblo llano, el que
curra para poder comer cada día, pasa del Estatuto y de la
independencia del pueblo catalán alejándose de España, para
constituirse en una “nación” independiente.
La pregunta del millón sería:¿En verdad le interesa al
pueblo catalán ser independiente, convirtiéndose en una
nación soberana?. La repuesta, según mí particular punto de
vista, conociendo al pueblo catalán por mis años de estancia
en Barcelona donde tan buenos amigos catalanes dejé, no digo
a sus políticos sino al pueblo llano es, si lugar a dudas,
NO
La defensa a ultranza que hacen los políticos de ambos
temas, Estatuto e independencia, no es más que una lucha
entre los distintos partidos, para conseguir el voto catalán
que, por cierto, se les ha puesto bastante difícil al
conseguir España proclamarse campeona del mundo, y comprobar
como en distintas ciudades y pueblos de Cataluña se inundaba
de banderas y sentimientos españoles, con los cánticos de
“soy español, español, español“ y los ¡¡Vivas España!.
Esto no le ha sentado muy bien a algunos políticos que,
inmediatamente, han lanzado una contraofensiva contra esa
parte, importante de catalanes, que se sienten catalanes y
españoles y que, con esos sentimientos de españolidad, se
les puede venir abajo el invento y sobre todo el cuento de
nunca acabar.
Desde siempre todos los gobiernos españoles, desde mucho
antes de la democracia y los que llegaron en la democracia,
se han volcado con el pueblo catalán, dándole todo cuanto
pedían para levantar Cataluña.
Una Cataluña que ha forjado su historia de pueblo
trabajador, con el sudor las lágrimas y la sangre de
extremeños, murcianos, andaluces y gallegos, sin cuya
colaboración hubiese sido imposible llegar a convertir
Cataluña, en esa prospera región española.
Algunos gobiernos llegaron a pensar que llevando a Cataluña
personal de distintos puntos de España, la podrían dominar
con mayo facilidad, sin darse cuenta de que esos
inmigrantes, llegarían a considerarse más catalanes que los
propios catalanes, con lo cual se aumentaba el problema.
¿Qué hubiese pasado, si todos esos gobiernos, los de antes y
los que llegaron con la democracia, en vez de volcarse con
algunas comunidades entre ellas, Cataluña, se hubiesen
volcado con el granero de España que es Andalucía. Pues,
sencillamente, que hoy no tendríamos ningún problema.
Los catalanes incluidos sus políticos saben, perfectamente,
que llegar a ser independientes formando un nuevo estado,
además de no ser reconocido por la UE, necesitarían un
ejército y, sobre todo, un mercado para sus productos,
imposibles de colocar por los altos aranceles que les
impondría a los mismos la UE. O sea que les costaría uno y
la yema del otro.
Así, que por mucho que hablen y se manifiesten, seguirían
practicando lo de ser victimas y pedir la independencia,
mientras, por lo bajini dirán “por tu madre, España, no nos
vaya dejar solos”.
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