De todos los usuarios del Plan sobre Drogas que se
encuentran en proceso terapéutico el 90,2 por ciento es
consumidor de heroína, mientras el 7,4 por ciento depende de
la cocaína, el 5,2 del alcohol, otro 5,2 del cánnnabis y el
1,73 a la benzodiacepinas, siendo muy poco significativas
las demandas relativas a otros consumos o conductas
adictivas.
El número de usuarios atendidos con patología dual suponían
el año pasado el 4,3 por ciento de total de los pacientes en
programa de tratamiento.
Otros aspectos del perfil muestran que el 75,3 por ciento de
los usuarios del Plan se encuentran en Programa de
Mantenimiento con agonistas opiáceos, frente a un 24,70 por
ciento que se encuentra en el programa libre de drogas.
El número de varones representa el 94,3 por ciento de los
casos atendidos, frente a un 5,7 por ciento de mujeres.
El objetivo de los programas libres de drogas es la
abstinencia y el cambio en el estilo de vida del
drogodependiente. Con tres fases: la de desintoxicación, que
aborda la dependencia física; la rehabilitación, cuando se
reestructura la vida del individuo recuperando las
relaciones familiares, sociales, etc; y una última de
reinserción, cuando se facilita la adaptación al medio
social.
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