La implantación de la receta electrónica en la ciudad
autónoma de Ceuta vuelve a postergarse, a tenor del
calendario que manera el Colegio Oficial de Farmacéuticos.
Si la directora general del Instituto Nacional de Gestión
Sanitaria (Ingesa) Sara Pupato, anunciaba en su última
visita a Ceuta que el primer ensayo se realizaría en la
ciudad en el tercer trimestre, y si un comunicado posterior
de la dirección territorial lo postergaba para finales de
año, la consigna que poseen actualmente los farmacéuticos de
Ceuta es que el pilotaje se producirá en los meses de marzo
o abril del año próximo. Más vale tarde que nunca.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Ceuta, Antonio
Ruiz Moya, explicó a EL PUEBLO que el pilotaje se llevará a
cabo en una o, como mucho, dos farmacias de la ciudad
durante un periodo de veinte o treinta días. Después habrá
que mostrar su efectividad.
La implantación de la receta electrónica se está mostrando
más complicada desde el punto de vista técnico de lo que se
preveía en un principio. Para ponerla en funcionamiento se
requiere de la instalación de una intranet y una conexión
entre las consultas del médico y los despachos de farmacia.
En ello se está trabajando.
Ruiz Moya asegura que todas las farmacias de Ceuta disponen
de las cualidades para facilitar la dispensación de
medicamentos por medios electrónicos. Teóricamente es una
buena noticia para todos y también para los farmacéuticos,
que verían abaratado el coste del procesamiento de la receta
en unos cincuenta céntimos, ya que no se necesitará
digitalizar, utilizar el código del medicamento o emitir la
correspondiente factura.
Si el sistema se organiza bien se lograría aligerar
sustancialmente el procedimiento desde el punto de vista
administrativo. Sin embargo, desde el Colegio de
Farmacéuticos se temen que una cantidad excesiva de
controles aumente la necesidad de burocracia para dispensar
el medicamento. Lo que sería un gran contrasentido. La
receta electrónica se pone en marcha para agilizar su
prescripción en la consulta del médico y su dispensación en
la botica.
Descongestión
Naturalmente, el usuario del Sistema Nacional de Salud
también obtendría sus beneficios de esta tecnología. Muy
particularmente los pacientes crónicos sometidos a
tratamientos de larga duración. Con el sistema de receta
electrónica el médico puede cargar en la tarjeta sanitaria
todos los lotes de medicamento que pueda necesitar un
paciente de larga duración durante un tiempo determinado.
Ello elimina la molestia de tener que acudir tan
periódicamente a la consulta de médico a recoger su
tratamiento. El propio Sistema Nacional de Salud también
obtendría sus beneficios, pues las consultas se
decongestionarían al tener menor demanda asistencial de
pacientes crónicos que recojan su receta mediante este
innovador sistema de prescripción y dispensación
electrónica.
La ciudad autónoma de Ceuta posee 23 oficinas de farmacias.
Ruiz Moya la considera suficiente y no estima necesario,
como ha ocurrido en la vecina ciudad de Melilla, disponer de
más licencias para la apertura de nuevas boticas. En Ceuta
existe una farmacia prácticamente en cada una de sus
barriadas.
Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ceuta se
asegura que la ciudad se encuentra en este aspecto dentro de
los preceptos que marca la legislación. Es decir, que posee
al menos una farmacia por cada 2.800 ó 4.000 habitantes.
La distribución de medicamentos en Ceuta la realiza la
cooperativa farmacéutica Cecofar, que abastece no sólo a la
ciudad autónoma sino también a Andalucía y en la que están
integradas las farmacias ceutíes.
Además, las farmacias ceutíes tienen importantes convenios
con la Consejería de Sanidad y Consumo de la Ciudad Autónoma
para desarrollar programas como los test anónimos y
gratuitos de detección del virus de inmunodeficiencia humana
(VIH).
Sin embargo, los farmacéuticos ceutíes, como los de toda
España, se mantienen a la expectativa del recorte de
beneficios que les va a suponer las medidas de ajuste
presupuestario puestas en marcha por el Gobierno de la
Nación, que permitiría incluso la dispensación a granel de
determinados medicamentos.
En todo caso, la gran merma en los beneficios farmacéuticos
vino de la mano de la instauración de los precios de
referencia, otra medida de ahorro aplaudida por casi todos
menos por los propios interesados.
Las farmacias quieren saber ahora cuánto deberán pagar para
ahorrar de acuerdo a los parámetros estipulados por el
Gobierno. Cuánto y quién. Porque aún no se ha determinado
las cantidades que deberán aportar los productores de los
medicamentos, los distribuidores y los dispensadores, es
decir, la propia farmacia. Lo cierto es que un nuevo
panorama se vislumbra para este servicio esencial que rara
vez sufre la caída de la demanda de sus productos.
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