Para esclarecer esta incógnita me planteo tres reflexiones:
la primera, no vale Mariano Rajoy, por lo tanto, habría que
sustituirlo por otro para hacer frente a un ZP que se crece
ante la adversidad y ante las políticas que él mismo ha
potenciado; la segunda, Rajoy es un gran valor, pero ciertos
medios de comunicación se están encargando de desacreditarle
para neutralizar la caída en picado de ZP y no permitir que
haya alternativa para sustituirlo. La tercera opinión es que
todos los políticos son iguales y, por lo tanto, da igual
que Rajoy sustituya a ZP. Todo va a seguir igual y no va a
ser posible salir de la crisis.
La respuesta a la primera opinión se desacredita por sí
misma. Rajoy ha demostrado suficientemente su capacidad
siendo un estudiante brillante, sacando una oposición cuando
era muy joven, nada menos que de registrador de la
propiedad, ha sido por tres veces ministro de diferentes
Gobiernos de Aznar, y ha ejercido la función de
vicepresidente. Finalmente, lleva seis años como jefe de la
oposición, y nadie puede negar que sus discursos han tenido
altura y ha ganado siempre al presidente del Gobierno.
Ciertos medios dirán otra cosa, porque no les interesa que
crezca.
Dejo para el final la segunda cuestión y respondo a la
tercera. Todos los políticos son iguales. Esta es una verdad
a medias; hay corruptos en el PP y en el PSOE. Lo relevante
es que unos y otros deben ser perseguidos. Lo importante, en
este caso, es averiguar si la corrupción es individual o
afecta al propio partido. Desde luego que la corrupción
individual está presente en todos los partidos porque hay
individuos que se aprovechan de los cargos que ofrecen los
partidos para medrar y resolver de un plumazo el futuro de
su vida. Me parece que es absurdo entrar en disquisiciones
como argumentar que los militantes del PSOE son más
corruptos que los del PP, o los del PP más corruptos que los
del PSOE. Los que son corruptos lo son, y da igual que estén
afiliados a un partido que a otro. Siempre buscarán el medro
personal y utilizarán los cargos para ganar dinero y
solucionar su futuro. Entrando en la corrupción
institucional hay alguna diferencia; el PSOE ha sido
condenado por financiarse irregularmente, aunque todavía no
hay una sentencia para decir lo mismo del PP.
Pero el meollo de la cuestión está en el tercer
interrogante: si Rajoy tiene suficientes conocimientos para
liderar un cambio y gestionar de forma satisfactoria lo
público y, en concreto, esta crisis. Desde luego no me
atrevo a despejar esta incógnita porque no tengo
conocimientos suficientes para averiguar el futuro. No
obstante, hay algunas falacias que quiero desmontar. La
primera es que Rajoy no tenga programa. Estoy de acuerdo en
que no ha desplegado todas las medidas que serían necesarias
para un futuro Gobierno, pero sí ha dejado claras dos cosas:
que va a bajar los impuestos y que va a gestionar mucho
mejor los fondos públicos. Por supuesto que éstas son dos
medidas antagónicas a lo que está haciendo el actual
Gobierno.
La segunda falacia es que Mariano Rajoy no arrime el hombro.
ZP nunca ha llamado a Rajoy para negociar algo. Su política
ha sido aislar al PP para que nunca pueda gobernar. Además,
no gobierna la oposición y, por lo tanto, a ella no hay que
pedirle responsabilidades, sino al que dispone del BOE y
puede legislar. A todos aquellos que dicen que la oposición
no hace nada, les invito a que se pregunten qué han hecho
ellos y qué pueden hacer.
La tercera falacia es decir a los cuatro vientos que con
Rajoy estaríamos peor. Muchos estamos de acuerdo en que es
insostenible la situación actual. Permitir que siga Zapatero
sería una temeridad. La única alternativa para echarle de La
Moncloa es apoyar a Rajoy. Es probable que algunos no se
fíen de la gestión del líder del PP, pero sólo pido que le
demos la oportunidad de gobernar. Si lo hace mal, o no se
está de acuerdo con su gestión, optemos por otra solución.
Pero no caigamos en la trampa que a diario nos están
tendiendo muchos medios de comunicación. Digo muchos, pero
no todos. A ellos les interesa este Gobierno porque viven de
sus prebendas, o porque pueden sacar mayores beneficios al
verle débil. Precisamente por ello arremeten contra Rajoy.
No hace falta defender a capa y espada al ex presidente
Aznar y su Gobierno de ocho años; pero la llegada de Rajoy
va a garantizar una manera distinta de hacer política. No
vale la discusión de si son galgos o podencos. Lo más
importante es que ZP se vaya y dé paso a otro Gobierno que
sepa gastar y crear riqueza en beneficio de todos. La única
alternativa hoy por hoy es Rajoy. Él perteneció al Gobierno
de Aznar, que fue capaz de administrar lo público en
beneficio de todos. Hay que darle una oportunidad. De otro
modo, cuando agote la legislatura, tendremos ocasión de
retirarle la confianza si su gobierno no cubre las
expectativas de la mayoría.
Sólo pido honestidad. ZP y sus asesores no me la garantizan.
Ojo con determinada prensa, con ciertos periodistas y con
algunos medios de comunicación. Sólo tienen un objetivo:
desacreditar a la oposición para que no sea alternativa,
aunque este país se vaya al carajo. Piensan que mientras
estén los suyos, tendrán asegurado el pesebre.
|