A medida de que la ciencia avanza, se descubren las graves
consecuencias que el consumo de alcohol habitual causa sobre
el cerebro adolescente.
Durante la infancia los niños identifican el alcohol con el
mundo adulto, bien por el ejemplo de sus padres, bien por la
influencia de otros modelos sociales a través del cine,
televisión, etc. Por tanto, los factores sociales tienen una
gran influencia en ellos.
La adolescencia es una época crítica para el inicio del
consumo de sustancias adictivas, pueden marcar en muchos
adolescentes el acceso psicológico al mundo de los adultos.
La imitación y el deseo de ser como los demás tienen un peso
muy importante en el inicio del consumo de alcohol.
“Algo cambia en el cerebro cuando está expuesto al alcohol
de forma temprana”, dice una estudiante de enfermería. A
esto añade que “Los adolescentes pueden beber mucho más que
los adultos, pero por el camino están perjudicando sus
funciones cognitivas con mucha más intensidad”. “El alcohol
provoca un trastorno en algunas zonas del cerebro esenciales
para el autocontrol, la motivación y la fijación de metas”,
afirma.
La accesibilidad de los jóvenes a las bebidas alcohólicas es
cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su
venta a menores -aunque en Ceuta esté permitido el
botellón-.
La edad media de inicio en el consumo de alcohol entre los
escolares, según los datos de la Encuesta sobre Drogas a la
Población Escolar 1998 -Delegación del Gobierno para el Plan
Nacional sobre Drogas-, es de 13 años, y la edad media de
inicio de consumo semanal se sitúa en casi los 15 años. El
84.2% de los jóvenes ha consumido alcohol en alguna ocasión
y el 44% consume al menos una vez a la semana. En cuanto a
los episodios de embriaguez, el 41% de los adolescentes se
han emborrachado en alguna ocasión y el 23.6% a lo largo del
mes.
La prueba más preocupante del daño físico tiene su origen en
experimentos de laboratorio con cerebros de ratas
adolescentes expuestos a grandes cantidades de alcohol. Esos
estudios revelaron importantes daños celulares en diferentes
partes del cerebro. Aunque no queda claro el límite de hasta
dónde pueden aplicarse estos hallazgos al hombre, sí que
existen pruebas realizadas durante los última década por
investigadores de San Diego -EEUU- en las que descubrieron
que los jóvenes alcohólicos consiguen malos resultados en
pruebas de memoria verbal y no verbal, concentración y
ejercicios de habilidad, como leer un mapa o montar una
estantería.
Swartzwelder afirma que es probable que en adolescentes
humanos unos mecanismos neuronales análogos expliquen las
lipotimias, una pérdida de memoria para los acontecimientos
que se producen durante una noche de gran consumo de alcohol
sin pérdida del conocimiento.
El exceso de consumo de alcohol aumenta el riesgo de padecer
una depresión grave, pero ese desorden psiquiátrico no
induce a los pacientes a el consumo excesivo de bebidas
alcohólicas, como se suele creer.
El alcoholismo es una enfermedad crónica, que en afecta a
tres hombres por cada mujer, pero cada vez cobra más
importancia entre las mujeres y en los jóvenes en general.
Además, es una adicción difícil de detectar por la gran
aceptación entre la sociedad. En concreto, España es el
quinto país en consumo de alcohol dentro de la Unión
Europea, y el séptimo en cuanto a muertes por año por causa
de la bebida. Así mismo cada año el alcoholismo supone un
coste de 3.800 millones de euros en términos económicos,
sanitarios y sociales.
Un 80% de las muertes registradas entre adolescentes se
deben a causas violentas y dentro de ellas las relacionadas
con drogas o alcohol representan el 50%, existe un mayor
número de suicidio por este tipo de sustancias. Además, se
consideran los factores familiares de gran importancia en el
inicio y adicción al alcohol y otras drogas, ya que hasta un
tercio de los niños tienen su primera vez en la bebida
alcohólica dentro del entorno más cercano por lo que la
implicación de la familia tiene gran importancia en todo
programa terapéutico.
Entre los objetivos del Plan de Alcoholismo y
Drogodependencias se encuentra reducir el consumo de todo
tipo de drogas -incluidas el tabaco y el alcohol-, para lo
que se quiere contar con la implicación de la familia con el
fin de detectar lo antes posible el problema.
Además, se va a reforzar el papel de los equipos de Atención
Primaria en la detección del consumo de estupefacientes y de
alcohol y, en la asistencia, se pretende alcanzar la
integración plena de las redes de salud mental y atención a
dependientes.
El Centro de Marketing de Alcohol y Jóvenes han realizando
investigaciones que demuestran el aumento del consumo de
alcohol entre los jóvenes y la falta de responsabilidad de
los anunciantes y las empresas de bebidas alcohólicas a la
hora de realizar las campañas publicitarias.
Las mujeres de entre 12 y 20 años están expuestas cada vez a
una mayor cantidad de publicidad de bebidas alcohólicas,
incluso más que personas de mayor edad. Según un estudio
publicado en los Archivos de Pediatría y Medicina
Adolescente del Centro de Marketing de Alcohol y Jóvenes, la
causa de la subida del consumo de alcohol entre las mujeres
y los menores de edad podría estar marcada por la exposición
a la publicidad de este tipo de bebidas.
Según investigadores norteamericanos, el aumento en los
avisos de este tipo de productos no es la única causa
responsable de este aumento de consumo de alcohol entre las
mujeres menores de edad. Otros son: la presión de sus
amigas, la sensación de bienestar que sienten, la frecuencia
esporádica de relaciones sexuales, entre otras causas.
La puesta en marcha de las campañas en contra de esta
adicción está dirigida tanto a los adolescentes como a sus
familias. Unos 90 diarios asociados a AEDE – Asociación de
Editores de Diarios Españoles- se han puesto de acuerdo para
no insertar anuncios de bebidas alcohólicas en los que
aparezcan jóvenes, ni incitar el consumo de licores con la
mejora del rendimiento físico, laboral o que exprese éxito
social.
Las campañas antialcohol que emiten cada año los medios de
comunicación por parte del Ministerio de Sanidad y Consumo,
-tanto en televisión como en radio y en prensa-son
esenciales para concienciar a los jóvenes del peligro de
esta sustancia adictiva en grandes cantidades. Con esto,
intentan sensibilizar a los adolescentes entre 13 y 18 años
sobre los riesgos del alcohol y disminuir las consecuencias
sanitarias y sociales derivadas del abuso.
El mensaje que quieren trasmitir en todas sus campañas son
las de reducir el número de jóvenes que comienzan a consumir
alcohol; retrasar la edad de inicio al consumo en los
adolescentes; disminuir sustancialmente el hecho y la
frecuencia de consumos de alto riesgo entre los menores de
edad; incrementar la percepción del riesgo, concienciando y
sensibilizando sobre los efectos que puede tener el alcohol.
Con estas campañas que lanzan pretenden informar y alertar a
los padres de los peligros y las consecuencias que el
consumo de alcohol tiene en la salud de sus hijos para poder
establecer la comunicación y tratar lo antes posible el
problema.
Una de las campañas con más desembolso fue la lanzada en el
año 2007 con un total de 2,2 millones de euros y su objetivo
principal fue difundir entre la población los efectos
negativos del alcohol entre los menores y recordar datos
preocupantes sobre el consumo de alcohol entre los
adolescentes. Bajo el lema “El alcohol daña tu cuerpo y tu
cerebro. El alcohol te destroza por partida doble”, la
campaña, diseñada para los adolescentes. Se difundió en
medios audiovisuales y en Internet y en ella se mostraron
imágenes, simulando visión doble, de los jóvenes
consumidores de la peor forma que se puede acabar cuando se
consume. Por su parte, la publicidad estuvo también dirigida
a los padres se difundió en los medios impresos, carteles
exteriores y a través de folletos y trató de reflejar los
daños que el alcohol ocasiona en los menores. Su lema: “No
siempre son los hijos de los demás son quienes se
emborrachan los fines de semana”.
|