Actualmente existe un verdadero desastre por el tallaje de
la ropa femenina, cada fabricante o distribuidor determina
el sistema de medidas que estima más adecuado, según el
usuario que la adquiera en cada una de las tiendas. Por
esto, una mujer puede tener distintas tallas. Se ha
comprobado en varias prendas - pantalones y camisetas-la
diferencia de medidas que hay en una 40 o una 42 en los
diferentes comercios que se venden estas prendas. Rocío
Mora, asesora de imagen, asegura que “ las prendas de
tiendas más asequibles son cada día de peor calidad, pero no
sólo eso, sino que está más cara.”
La asesora explica que la ropa es “de tan mala calidad, que
se deteriora al poco tiempo, al igual que puede desteñir
algunas prendas.” Rocío Mora sostiene que “el tallaje no va
en consonancia con las medidas que realmente es y cuales
debería representar, las famosas tallas ‘S’ , son demasiados
pequeñas.
El Ministerio de Sanidad intenta “poner fin a esta
situación” y ha llegado a un acuerdo con los principales
fabricantes y distribuidores , para que “exista siempre la
misma medidas en las prendas, además, el acuerdo contempla
que los maniquíes no luzcan una talla menor de la 38”, y que
los patrones se adapten al perfil real de las mujeres
españolas, y no a unas proporciones ideales e inalcanzables.
Hasta el momento, se han sumado al convenio la Asociación de
Creadores de Moda de España, la Agrupación Española de
Género de Punto, la Federación Española de Empresas de la
Confección, El Corte Inglés, Cortefiel, Inditex y Mango, la
Asociación Textil de Galicia, la Fundación Centro de
Innovación y Tecnología del Textil de Andalucía y Carrefour.
El prototipo del cuerpo de la mujer española, según estudios
realizados, se trata de los modelos ‘diábolo’, que engloba
el 39% de la población; ‘campana’ un 25% de las mujeres; y
‘cilindro’ el 36%.
Dentro del sector textil, también se está luchando para que
las modelos de pasarela tengan un índice de masa corporal
con un mínimo saludable. Este problema ha tenido gran
repercusión en los medios de comunicación, ya que los
trastornos alimentarios crece desde los últimos años. Si a
finales de los 90 afectaba al 1% de las jóvenes, ahora es
del 4%, y se estima que afectará a un 20 % de ellas ya que
están en riesgo de enfermar por anorexia o bulimia.
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