El juzgado impide que Montero construya en el solar de El
Faro sin que salve la ventana ubicada en la medianera de un
edificio que él mismo ordenó edificar hace años para su
disfrute y que, pasado el tiempo, tras haber perdido la
propiedad, pretendía que la nueva dueña de la finca cerrase
tal ventana, con el objetivo de fondo -sin haber sido ésta
la excusa ante la jueza- de construir en el solar de su
diario un nuevo edificio. Lo podrá hacer, pero sin tapar la
famosa ventana.
La juez ha negado a Invesceuta S.L., vinculada a Rafael
Montero, su demanda para lograr cerrar una ventana en un
edificio anexo a las actuales instalaciones de El Faro por
ser considerada servidumbre. A esa conclusión se ha llegado
después de que la mercantil demandara a la actual
propietaria de la vivienda que disfruta la ventana que en su
día, como ha quedado demostrado, fue abierta por orden del
propio Rafael Montero “para tener vistas al mar”.
Invesceuta S.L. trataba de que la existencia de la ventana
abierta en la pared medianera de dos propiedades perdiera la
condición de servidumbre, y se le exigiera a la actual
propietaria de la vivienda que cerrase la misma. De fondo,
aunque no se expuso a la jueza, se encuentra la intención de
Invesceuta S.L. de construir en alto y reformar la actuales
instalaciones de El Faro.
Curiosamente, la finca demandada era parte del patrimonio de
Rafael Montero, que cedió a Invesceuta S.L en 1997 (ya
contaba con la famosa ventana), pero perdió la finca en
sentencia judicial en 2004 por separación matrimonial. La
citada finca fue vendida un año después y es la actual
propietaria, la que fue demandada por Invesceuta S.L.
Para llegar a la adopción de una decisión justa, la
magistrada convocó a quienes tuvieron relación con la finca
desde sus inicios, el entonces matrimonio Montero-Ávalos.
De tal guisa, que tras las declaraciones de ambos ante la
Jueza del número 6, ésta concluye que la declaración de la
señora Ávalos es “una declaración creible, espontánea,
contundente, coherente, específica y rica y en detalles”,
mientras que la declaración de Montero es “incoherente,
ilógica y contradictoria”. Es más, advierte la magistrada
que incluso “intentó disfrazar la realidad”.
Ávalos manifestó ante Su Señoría que la casa de la famosa
ventana, fue la casa familiar y fue construida por Rafael
Montero a su gusto. La habitación donde se encuentra la
ventana era la mejor de la vivienda, y era donde Montero
tenía el despacho con vistas al mar. Una ventana que se
abrió por decisión del propio Montero. Y se hizo con
intención de permanencia, de tal modo que la casa se vendió
contando con ella como un bien de la propia finca.
“Absurda declaración”
Por contra, Montero “pese a los intentos por no declarar
(...) y por disfrazar la realidad, reconoció que la ventana
fue construida cuando era propietario de las dos fincas
objeto de autos”- se señala en el auto. Pero Montero dijo a
la jueza que esa ventana fue abierta por el contratista para
permitir el paso de materiales para la construcción de esa
finca, lo que fue considerado por la magistrada como “una
declaración absurda en sí misma”.
La jueza del número 6, la magistrada Carmen Serván estima en
su sentencia que “quedó probado que la ventana se abrió con
carácter permanente y no de forma coyuntural”. La titular
del número 6 culmina el auto “desestimando íntegramente la
demanda presentada por Invesceuta S.L.”, por lo que, de
construir la mercantil en el solar de El Faro, deberá tener
en cuenta la ventana que queda en la medianera de las dos
fincas.
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