El programa de rehabilitación de edificios singulares de
Emvicesa se implantó en el año 2005 con una cuantía inicial
de 200.000 euros que en ediciones posteriores creció hasta
los 250.000. Estas subvenciones, que suman 1.250.000 euros,
han dado lugar a la restauración de algunos de los más
significativos edificios de la ciudad, como el Trujillo, en
el arranque del paseo del Revellín, o el de los Dragones,
situado en la plaza de los Reyes. El Marañés, en esta misma
y céntrica plaza, la antigua sede de Hacienda, en la calle
Isabel Cabral, o la sede del colegio de los Agustinos, así
como varios de estilo modernista, todos de comienzos del
siglo XX, situados en el Revellín, entre los cuales se
encuentra el que albergó la tienda de Vicente Martínez,
junto a los del paseo de las Palmeras también han visto
mejorado su aspecto exterior a través de estas subvenciones.
Para el gerente de la empresa municipal, Antonio López
resulta especialmente “ilusionante” la puesta en valor de
los edificios singulares de la ciudad, “poder ser partícipe,
a través de este programa de Emvicesa, de que las
generaciones futuras puedan ver parte de nuestro importante
patrimonio”.
Entre los casos más representativos de los resultados
obtenidos con esta línea de ayuda a propietarios de
edificios con valor histórico o artístico destaca el del
edificio de los Dragones, en el que se han recuperado
incluso los elementos decorativos que coronan sus fachadas y
le dan nombre. Esta actuación se financió con 200.000 euros
de la convocatoria de ayudas de 2006.
El presupuesto presentado a Emvicesa por la propiedad para
acogerse a la referida convocatoria, coincidía con el
elaborado por los servicios técnicos municipales y ascendía
a la cantidad de 287.564,51 euros. De este presupuesto,
49.800,92 euros correspondían a actuaciones de urgencia de
medidas cautelares, y el resto, es decir 237.763,59 €, a
obras posteriores de ornamentación, restauraciones,
carpinterías etc., que habían de ejecutarse conforme al
proyecto.
Este edificio, que data del año 1905 es obra de José M.
Cortina Pérez (1868-1950), arquitecto valenciano que se
incluye como uno de los mayores representantes del
eclecticismo de la época. Cuando aún se estaban dando los
últimos retoques a su construcción, este emblemático
edificio pasar bajo sus balcones al joven Rey Alfonso XIII
en 1904.
Por su parte, la popular ‘Casa Trujillo’, que también se vio
mejorada en su aspecto exterior gracias a este programa de
ayudas públicas, recibe su nombre del de la familia que
ordenó su construcción. Comenzada la edificación en 1925, se
inauguran sus primeras dependencias “el Centro Hijos de
Ceuta”, en 1928. Fue levantada, siguiendo los diseños del
arquitecto balear Andrés Galmés Nadal. La nueva edificación
está inspirada en los edificios neobarrocos de corte
historicista, putos de moda en las grandes vías españolas.
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