El presidente Vivas hubiera tardado diez minutos en llegar
ayer desde la barriada de Juan Carlos I hasta la gran
superficie de asentamientos ilegales que se está formando en
el límite del Príncipe con Loma Colmenar, pero se quedó
cumpliendo el programa de su nota de prensa en territorio de
la antigua “Pantera”. Allí se dio un paseo acompañado de
personal político de su absoluta confianza y de algún que
otro vecino entusiasta: “¡Vivas eres el mejor alcalde de
tos!”, le dijo una vecina besándole casi con devoción.
De haber venido con nosotros a la zona señalada (casi 15.000
metros cuadrados catalogados como zona verde y de
equipamiento deportivo) hubiera podido ver árboles talados
con motosierra y oír ladridos de perros amenazantes que le
hubieran señalado por dónde no podía acercarse. Obras con
maquinaria para cimentaciones y vallados rudimentarios que
han salido del material de las construcciones de VPO junto
al hospital nuevo.
El Estado moderno lo es porque ha aprendido de la Historia
que los pueblos se dan leyes y normas de convivencia para
evitar conflictos que casi siempre empezaron porque alguien
ocupó un sitio y acabó diciendo que era suyo frente a otro
que se lo negó.
No es para tomárselo ni como un voto, ni como una broma.
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