La Fiscalía pidió ayer la expulsión del país, en sustitución
de la pena de un año de privación de libertad, para un joven
marroquí acusado de un delito de receptación, después de ser
sorprendido en la frontera a bordo de un vehículo que
figuraba como sustraído en Italia. Los hechos se produjeron
el pasado 20 de enero, quince días después de que,
supuestamente, el acusado adquiriera este coche modelo
Wolkswagen Golf en un taller de compra-venta de vehículos
usados cercano a Rabat.
El Ministerio Fiscal pidió ayer la expulsión del país del
joven marroquí A. A. M., acusado de un delito de
receptación, en sustitución del año de prisión. El individuo
fue sorprendido el pasado 20 de mayo a bordo de un vehículo
que figuraba como robado en Italia.
En su defensa, el acusado adujo que había adquirido el
vehículo, modelo Wolkswagen Golf, en un taller de
compra-venta de coches en una localidad que se encontraba
entre Casablanca y Rabat el 5 de mayo anterior, tras abonar
20.000 euros. Por ello recibió, no un contrato de
compra-venta, que no se podía expedir mientras las
autoridades marroquíes no resolvieran determinados trámites,
sino un poder que lo autorizaba a conducir y vender el
vehículo. Sin embargo, el procesado no pudo aportar ninguna
factura ni documento bancario para verificar el pago del
vehículo que conducía cuando fue interceptado en la frontera
por la Policía española.
El joven continuó que se encontraba en trámites para poner
el coche a nombre de su impresa, ya que dispone de un
negocio de importación y exportación de calzado.
Sin embargo, según el funcionario policial que testificó
ayer en el juicio, cuando se interceptó el vehículo en la
frontera con Marruecos pudo observarse con claridad que la
cerradura de la puerta del conductor se encontraba forzada y
disimulada con el embellecedor de la puerta trasera. Además,
la matrícula, aunque llevaba la numeración italiana que
permitió su identificación, tenía la forma y los colores de
las matrículas que usa el cuerpo diplomático marroquí.
La defensa también presentó como testigo al propietario del
taller que vendió cerca de Rabat el vehículo al acusado,
declarando que había recibido la cantidad exigida por parte
del joven.
En todo caso, ni la declaración del acusado ni el testimonio
del testigo aportado por la defensa lograron convencer al
Ministerio Público de que el joven marroquí desconocía el
origen sustraído del vehículo ni que lo conducía con la más
que probable intención de venderlo.
Sin embargo, el letrado encargado de la defensa del joven
acusado argumentó en sus conclusiones que no se cumplían los
requisitos para acusarle del delito de receptación, ya que
para ello tendría que haber participado previamente en un
delito contra el patrimonio y el orden socioeconómico o, al
menos, conocer el origen ilícito del vehículo.
En su declaración final, el acusado se limitó a señalar que
no aceptada la pena de expulsión del país porque no había
participado en ningún delito, por lo que se ratificó en su
petición de absolución.
Así las cosas, la magistrada titular del Juzgado de lo Penal
número 1 dejó ayer visto para sentencia este nuevo proceso
por receptación.
|