Cada vez más se está extendiendo
la costumbre de tener un “animalito”, mascota o “elemento
decorativo vivo” que, a veces, resulta un adorno
excesivamente peligroso.
Sin lugar a dudas, lo más extendido es tener un perro, desde
ese tipo pequeñito que poco peligro entraña, aunque a veces
sean muy molestos, ladrando a cualquiera que se les acerca,
a esos otros “perrazos” que, siendo inofensivos, impresionan
si se te acercan inesperadamente.
Son gustos, caprichos o deseos de una compañía, para muchos,
que nada hay que objetar cuando ni crean problemas de
suciedad, ni tampoco causan peligro para aquellos con los
que se cruzan en la escalera o en la calle.
Lo que ya no es tan inofensivo, y no voy a citar algunos de
los animales exóticos y peligrosos, de verdad, es tener
perros de las denominadas razas peligrosas: Pit Bull,
Rottweiler o Dogo Argentino.
Aquí estamos ya en una situación de verdadero peligro y en
un terreno muy resbaladizo, cuando no se guardan todas las
precauciones para que el peligro no aceche.
Y en un caso de estos, la Ciudad acaba de actuar, retirando
a un señor su perro peligroso, por ir sin bozal, con todas
las consecuencias que ahora se presentan para el caballero y
ya veremos la suerte que corre el perro.
De momento, el hombre se enfrenta a la multa de mayor
cuantía por esta falta, por la negligencia o la desfachatez
de provocar un riesgo, sin más, con lo que la multa que le
puede caer estará entre 2.404 euros y 15.025, además de que
se le va a retirar permanentemente el animal que irá a la
Perrera Municipal.
El perro, no lo olvidemos, era un Pit Bull y el dueño ha
sido denunciado por la Guardia Civil, que en todo momento,
incluso en situaciones que a los demás se les escapan, está
protegiendo a los ciudadanos de todo tipo de peligros.
Esta denuncia, llevada a cabo por la Guardia Civil, se
produce cuando el propio dueño sacaba al perro, por plena
vía pública, suelto, esto es, sin la correa de sujeción y
sin el bozal. Era un auténtico peligro.
Y en cuanto a la multa que puede, que le va a caer, además
de por esta actitud, será también porque este caballero,
parece que era reincidente en menos de un año, lo que agrava
la situación y hace que se enfrente a una multa de la mayor
sanción, por tratarse de una falta muy grave.
Ahora, pues, en la Perrera Municipal se va a decir el
destino del perro, cuando el dueño no tenía ni la licencia
específica para la posesión del mismo.
No hay que olvidar que para la posesión de este tipo de
perros se necesitan unas licencias administrativas
especiales, además de asegurar al animal.
El Pit Bull, pues, ha sido confiscado por la Ciudad
Autónoma, aunque no ha causado daños a terceros, cosa que
sería mucho más grave, por supuesto, y que en ese caso el
dueño se hubiera podido enfrentar a multas de hasta 120.000
euros.
En esta época, aunque sea caso muy distinto, es muy
corriente, al llegar las vacaciones del verano y disponerse
a cambiar de residencia durante un poco de tiempo, que
ciertas mascotas sean abandonadas. Un peligro, diferente, de
distinto tipo, pero que habrá que atajar con seriedad,
también.
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