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OPINIÓN - DOMINGO, 18 DE JULIO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Rubia, ojizarca y pizpireta
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Principié ya mi veraneo. Y lo hice acudiendo a mi playa favorita: la del chorrillo. Aunque debo decir que me estrené con mala suerte. Me explico: a las diez de la mañana, cuando sobre la arena estábamos asándonos muchos bañistas, un operario, conduciendo un tractor con rastrillo incluido, se puso a limpiar la playa haciendo círculos.

La polvareda levantada fue tan grande como para quedar cegados los allí presentes. La reacción fue unánime: todos nos acordamos, y no para bien, del tío que ordena que se labore a semejante hora. Tomen nota, pues, los que andan presumiendo de contar con playas cuya bandera ondea con color de premio.

Menos mal que mi malestar desapareció en cuanto la vi que se me acercaba. Iba como siempre que la veo. Andando como sólo ella sabe andar. Con ese aire que invita a decirle que no pare. Que su forma de caminar se mete por los ojos y acaba por dejarnos la sensación de haber asistido a un espectáculo poco o nada corriente. Aunque me abstuve. Porque en el fondo es una criatura tímida. Por más que se empeñe en aparentar lo contrario.

Hablamos del chorrillo... Y me dijo si había notado la diferencia existente entre quienes frecuentaban esta playa y la de la Ribera. Y terminó por convencerme de que era cierto lo que me comentaba. Seguimos pegando la hebra mientras sentíamos aún la frialdad del primer baño. Y allá que me dio las explicaciones técnicas al respecto.

Rubia, ojizarca, pizpireta, de risa sensual, nada de cine y encima está al tanto de cuanto acontece en la política local. Me preguntó, como quien no quiere la cosa, por el cambio de gerente en Acemsa. Y le respondí que de ese asunto ella debía saber más que yo. Aunque no olvidé contarle que Manolo Gómez-Hoyo me vio, días atrás, y me indicó por señas que tenía que llamarme por teléfono para contarme no sé qué... Y que su llamada aún no se había producido.

También salió a relucir el nombre de Carreira. Como no podía ser de otra manera. Ya que Emilio está otra vez en el machito de la política. Lo cual se veía venir. Y creo, le digo, que si Pedro Gordillo no hubiera caído en desgracia, seguramente también se habría producido el nombramiento de EC como gerente de la empresa del agua. Ella, sin embargo, tiene sus reservas en ese sentido. Por más que el personaje le parezca muy válido.

-A propósito de Gordillo –me dice-: ¿No te parece que está guardando un silencio sepulcral? Más del que se vaticinaba...

-Yo creo que Gordillo está comportándose como debe. Esperando la llegada del juicio. Y a partir de que se dicte sentencia, ten por seguro que su mutismo cesará. Aunque me da a mí en las pituitarias que Pedro no perderá los papeles en ningún momento. Sí, ya sé que mucho se ha hablado de su vehemencia. Pero sería pecar de tonto pensar en que esa forma de ser que se le achaca, impetuosa y apasionada, carece del correspondiente control a tiempo completo.

-Antes de que se me olvide, Manolo, ¿serás capaz de seguir sin ir al Murube esta temporada?

Lo haré como ya lo hice otras temporadas: de higos a brevas. Pero tengo asumido que no podré faltar cuando se jueguen los partidos que dan derecho al ascenso. Mi moral es grande...
 

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