El verano, todo el mundo lo sabe, es para las bicicletas y
los bañadores, pero los cuadernos y los libros también
pueden encontrar su espacio bajo este sol de justicia. Por
eso los niños y niñas del Colegio de Educación Infantil y
Primaria (CEIP) Juan Carlos I han tenido en lo que va de mes
la oportunidad de disfrutar de la playa de Benítez y en unos
días visitarán el Parque Marítimo del Mediterráneo. Harán
senderismo, recorrerán el Desnarigado y visitarán el parque
acuático de Marina Smir o Algeciras.
Pero también han practicado y seguirán gozando de la lectura
y han profundizado o completado los conocimientos adquiridos
durante el año académico que acaba de terminar.
Todo ello gracias al proyecto que, por segundo verano
consecutivo, pone en marcha la asociación Intercultura en
este centro educativo durante el mes de julio en la barriada
del mismo nombre, un programa que complementa a las Escuelas
de Verano que la Consejería de Educación de la Ciudad
Autónoma oferta merced a su convenio con el Ministerio de
Educación en los colegios en los colegios Andrés Manjón,
Mare Nostrum, Ortega y Gasset, Reina Sofía y Príncipe
Felipe.
“La idea”, explica Mustafa Mohamed, presidente de
Intercultura, “es ofrecer a los niños y niñas de entre 5 y
12 años escolarizados en el centro una oportunidad para
reforzar, completar o repasar los conocimientos adquiridos
durante el curso en las distintas materias en un ambiente
más distendido y con el complemento de actividades lúdicas
de todo tipo que concluirán, a finales de mes, con una gran
fiesta clausura de la iniciativa”.
La asociación mantiene a cuatro profesores en el centro, que
recibe a aproximadamente un centenar de niños cada día entre
las 10.00 y las 14.00 horas. “Además”, apunta Mohamed, “la
propuesta contribuye a que los padres que aún no están de
vacaciones tengan la oportunidad de dejar a sus hijos en el
centro gracias a la colaboración que nos presta el equipo
directivo del mismo y que agradecemos sabiendo que van a
aprovechar el tiempo”.
La jornada se parte por un recreo que separa las horas de
naturaleza lectiva de otras con un carácter más lúdico en
las que los chavales tienen la posibilidad de hacer
“talleres de manualidades, disciplinas artísticas y
gimnasia, entre otras”.
Nada de ello parece sobrar en un centro educativo en que los
índices de fracaso escolar superan el 30% (en el anterior
curso 2008/09 de los 53 alumnos matriculados en 6º de
Primaria, 15 no promocionaron a la Educación Secundaria
Obligatoria).
“El proyecto de Intercultura, que va más allá de esta
activida veraniega”, amplía el presidente de la entidad,
“pretende en términos generales atacar el absentismo escolar
y por ende el fracaso escolar reflejado anteriormente y con
cifras muy por encima de la media nacional, promoviendo
actividades dirigidas tanto al alumnado de Primaria como a
los padres y madres del mismo, a los que se intenta
involucrar en todas las iniciativas que se plantean”.
Durante el año académico Intercultura promueve para la
barriada con el colegio como centro neurálgico un taller de
teatro que se imparte dos tardes a la semana en horario
vespertino y en el que participan un maestro responsable de
la actividad con la colaboración de los progenitores. Otro
taller, en este caso de cómic, persigue facilitar el
aprendizaje del castellano a aquellos alumnos y alumnas que
lo tienen como segunda lengua.
En el curso que comenzará en septiembre la asociación
pretende poner en marcha otro taller de música experiencial
árabe ceutí que sirva para “reflexionar sobre la lengua y la
cultura propias para encontrar puntos de unión con otras
culturas y así fomentar unas relaciones verdaderamente
interculturales”.
Utilizar las canciones populares árabes como elemento de
estudio lingüístico y desarrollar la competencia cultural y
artística del alumnado, “así como las competencias
comunicativa y social y ciudadana, de manera prioritaria”,
son los objetivos de una actividad “que se centrará en el
‘trabajo por tareas’, que ha demostrado ser el único eficaz
en la adquisición y el desarrollo de las competencias
básicas”, resume Mohamed.
“Nuestro programa de actividades no aspira, como es obvio”,
resume el presidente de Intercultura, “a sustituir a la
educación reglada pero sí a servir de complemento útil de
esta para atajar algunos de los problemas estructurales que
en forma de dificultades con el lenguaje, falta de
motivación o escasa involucración de las familias acaban
alimentando el fracaso escolar, y esa es una tarea que no se
puede abandonar ni en verano”.
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Una asociación y dos fines: reducir el absentismo y paliar
el fracaso escolar
El proyecto de Intercultura,
asociación que nació hace ya dos años, persigue “dos fines”,
según explica su presidente: “Reducir el absentismo escolar
en nuestra barriada al mínimo posible y contribuir a paliar
el fracaso escolar que azota a la población escolar de estas
zonas de la ciudad en mayor medida que a otras”, destaca.
Con esa meta la entidad ha puesto en marcha una serie de
actividades “para que desemboquen en la constitución de una
verdadera comunidad de aprendizaje que é los primeros pasos
para que la comunidad educativa y en especial las familias
se implican en la organización y gestión de los centros a
través de comisiones de trabajo, entren en el aula a través
de grupos interactivos y participan en actividades de
formación en el propio colegio”.
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