sociedad - JUEVES, 15 DE JULIO DE 2010

CEUTA
Cristina Marzán
ceuta@elpueblodeceuta.com

El movimiento LGTB de la ciudad, representado por la asociación local ¿Y a ti qué?, fue respaldado ayer por todos los partidos políticos, asociaciones y particulares en el acto de repulsa contra la homofobia y la transfobia, convocado a raíz de la agresión sufrida por una de sus activistas que manifestó que “el silencio es cómplice y legitima la acción del agresor”.

El monumento a la Constitución fue ayer testigo de la concentración convocada por la asociación ¿Y a ti qué? para manifestar la repulsa a la homofobia y la transfobia, que además fue secundada por todos los partidos políticos de la ciudad, asociaciones y particulares en general.

El movimiento de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales (LGTB) de Ceuta quiso dejar claro que no pensaba “dar un paso atrás” y hacer visible todo aquello que atentase contra “la libertad y los derechos de un estado democrático”, por lo que no dudaron en reivindicar al Gobierno de la nación la creación de una Fiscalía “que actúe contra la discriminación”. La presidenta de la Coordinadora Girasol de Andalucía, Ceuta y Melilla, Mar Cambrollé, se desplazó únicamente a la ciudad autónoma para formar parte de este acto, por lo que lamentó que “esta clase de incidentes nos impidan vivir en paz y en libertad con nuestra orientación sexual”. Pese a los avances que en las leyes se han promulgado en cuestión de dos años, el movimiento LGTB quiso insistir en que “el silencio es cómplice y legitima la acción del agresor”.
 

“Me llegué a cuestionar si había hecho algo mal”, lamentó la víctima

La joven agredida no dudó en relatar el lamentable incidente sufrido aquella madrugada de un domingo en el Poblado Marinero por “el mero hecho de ir de la mano con mi pareja”. La activista del movimiento LGTB ceutí reconoció haberse cuestionado en varios momentos el por qué de la agresión, “oculta durante varios días con una gorra y unas gafas de sol” mientras que el agresor no se había presentado en el juicio “al no soportar ver a dos mujeres en una situación afectiva”. Víctima de lesgofobia, como la denominaron varios asistentes de la concentración, María confesó haber pensado en caer en el silencio “para no molestar a nadie incluso cuestionarme si había hecho algo mal”. Pero, tras la sentencia, la ceutí, apoyada por familiares y amigos, dio un paso al frente y quiso visibilizar ante la sociedad que “seguimos expuestos a cualquier agresión porque todo queda en una falta”. En el ámbito legal han cambiado algunos aspectos con respecto al movimiento LGTB, reconoció la joven, pero la discriminación “existe y se transmite a través de diversas manifestaciones, por lo que debemos denunciar cualquier acto que atente contra la orientación sexual y la libertad de cada persona” ya que es “indignante y lamentable” la violencia.