Se puede saber lo que están
murmurando con esas aviesas expresiones de popes ortodoxos
en ayunas? ¿Qué tal vez estoy poniendo “demasiadas”
esperanzas en las futuras reformas democráticas y puedo
acabar como en el cuento de la lechera? No. Yo no fabulo. No
se puede fantasear con algo que es bueno y justo. Ni hacer
cábalas imaginativas sobre lo que todos los españoles
deseamos fervientemente. Y sean sinceros: ¿No anhelan
ustedes con todas sus fuerzas a “alguien” que nos defienda
ante los abusos de quienes detentan el Poder?. A alguien que
sea tan poderoso como ellos. O más. Porque, su autoridad
estará legitimada por nuestra absoluta confianza en su
bonhomía y por nuestros votos.
Porque, visto el panorama, los “tres poderes” no son
suficientes. Ni tan siquiera agregándole el “cuarto poder”
que es la prensa. Nos hace falta un quinto poder al que
nombremos por consultas populares y que ha de reunir una
serie de características claves para determinar su
idoneidad: ha de ser demostradamente insobornable e
incorruptible por los de los tres poderes y pasar tres
pueblos del cuarto poder. Ha de ser absolutamente
carismático, que el pueblo le quiera y le admire por su
trayectoria personal y profesional. Ha de superar todo tipo
de pruebas psiquiátricas y psicológicas para acreditar una
inmensa inteligencia emocional, una empatía sin límites, un
desapego absoluto a aquello que, en un naufragio, el mar le
pueda arrebatar y creer firmemente en los valores e ideales
de nuestra civilización y nuestra cultura.
Y ser un valiente. Sin miedo a la confrontación directa.
¿Qué dicen? ¿Qué si estoy hablando de una especie de nuevo
Mesías?. No, en absoluto. Un buen ser humano íntegro, justo
y generoso, es un hombre como Dios manda pero no tiene de
divino más que el hecho de ser hijo de Dios, como todos lo
somos. Y como estamos hechos a Su imagen y semejanza, no
queremos ser vilmente puteados desde las alturas y sin nadie
que de la cara por nosotros. ¿Qué alegan ¿ ¿Qué “se supone”
que los tipos que están en el Congreso y en el Senado “nos
representan”? ¡Ja! Pero vale, me digan ustedes si tienen a
mano los teléfonos directos de los diputados o senadores a
quienes ofrecieron sillón y jornal con sus votos. Por cierto
¿Tienes los cargos electos línea personal con sus electores?
¿Votan siguiendo la opinión de quienes les votaron o se
limitan a apretar el botón que les indica su jefe?.
De acuerdo que todos nos acercamos a las urnas a votar a los
que consideramos que nos son más afines, pero luego perdemos
el contacto. Y si quienes gobiernan son “los otros” tampoco
hay medio de llegar a ellos. Un ejemplo ¿Piensan que algún
ciudadano, de la ideología que sea, no se horroriza cuando
contempla las martingalas que arman desde Madrid cuando van
a detener a alguna criatura como al Presidente de la
Diputación de Alicante? ¿Es necesario detener a “personas
normales” en pijama? ¿Será verdad que, desde Madrid,
enviaron un avión con noventa policías para detener a un
pobre hombre? Y si es verdad ¿Le detuvieron los noventa a
mogollón o fue una detención por turnos? ¿Entraron “todos”
en el registro del domicilio o de veinte en veinte? Joder.
Más que una detención de un político en pijama de rayas
parecería un evento, o la boda de Farruquito, o una
convención. Un poner. Esta semana sin duda alguna detendrán
a alguien más por aquello del paseíllo de las televisiones
¿Y si el tipo vive en un piso de noventa metros? ¿Se
colgarán los policías en las ventanas en plan “Circo
Europeo”?.
Lógicamente, cuando exista un Defensor del Pueblo rodeado de
un formidable equipo jurídico compuesto por los letrados más
aguerridos y temerarios, este “tipo de cosas” no podrán
existir. Ni llegar un juez y detener a cuarenta y una
persona y luego imputar tan solo a diecinueve, porque
entonces llega el Defensor del Pueblo y le pone una querella
¿Qué si nuestro Defensor tendrá, necesariamente, línea
directa con Estrasburgo porque aquí está visto que no hay
manera?.
Vamos, vamos, no sean pesimistas. Basta y sobra con ampliar
los delitos que han de ser juzgados por la Ley del Jurado.
Además, con la Nueva Transición se aplicará el principio de
Igualdad, art.14 de la Constitución. A rajatabla. Nada de
aforados, ni de melindres, ni de tratamientos especiales:
Todos. TODOS los españoles iguales ante la Ley.
Y seremos nosotros y quien nos defiende, nuestro defensor
del Pueblo, quienes decidamos como, cuando y donde se juzga
a cada cual. En la Nueva Democracia, el Pueblo Español será
soberano. Pero de verdad. Por fin, si Dios lo quiere, de
verdad.
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