A los caballas nos cuesta mucho
salir de aqui, en el buen sentido de la palabra en los meses
de la OPE, la Operación Paso del Estrecho, por muchas
gestiones, juntas de portavoces, esas reuniones con jarras
de agua en la mesa, ahora se pone el móvil encima del folio
y el bolígrafo, y se elimina el paquete de tabaco.
A los que no fumamos, nos choca todavía ver en las tribunas
de desfiles en Ceuta, y sobre todo de personalidades a tales
acto, pegar esas caladas a tope y parecen las chimeneas del
Papa. Sobre todo en las barras de bares y tapas, está uno
tragandose el humo de la de al lado y no repara, en que
estamos degustando unas tapas.
De falta de organización y muchos detalles por corregir,
sobre todo cuando vas a coger el barco y claro, te
encuentras con viajeros, que parecen salidos de otro
planeta, o de las películas de Paco Martinez Soria, más que
nada porque unos gestos y estilos de catetos,
tercermundistas, que descolocan a uno y te planteas, la
frase madre mía , que horario de barco me he metido y la que
va a dar el del coche hasta arriba, dando barzonazos por el
barco con la familia, que parece las películas de los años
cincuenta. Sale uno de Algeciras y conforme va avanzando
kilómetros, parece uno que va saboreando España, y si acaso
no he salido de España, pero la cosa se va clareando con el
toro de Osborne..., y una cosa está clara, ganado lo hay en
todos sitios, lo bueno es que en Ceuta, siempre se dice que
haya niños para echarles las culpa, porque un García, un
Fernandez y un Martínez por esos pueblos de España, tienen
carracuca...
A la vuelta, la mala organziación en esas rotondas y cambios
en la Junta del Puerto de Algeciras, con esos encargados de
petos, me metieron con los holandeses, los belgas y
franceses, y yo estaba muerto de miedo, estaba rodeado y
sentía por mi integridad, no respetaban los carriles,
empezaron a discutir entre ellos, y se cambiaban los
carriles y aquello daba una imagen de república bananera, al
entrar en el barco, sentí un desconcierto total por aquello
que era el único español y pensé que me había equivocado de
barco, me imaginaba llegando a Tanger o algo parecido.
Tuve que pagar la diferencia y meterme en Club, allí si vi a
un español conocido, y respiré alividado, de que el barco
iba a Ceuta, procuré relajarme con el refresco y leer un
rato, de vez en cuando, se colaba alguno haciendose el
tonto, y le recordaban que era club, de la entrada y la
salida, cuando llegamos a Ceuta, e iba para garaje, una
chica megrebí le metió un cosqui a un familiar suyo y el
rebote del joven, me daba en la cara, tuve por reflejos que
poner las manos y aguantar el golpe, preferí quedarme
impasible y poner cara seria, eran mayoría y sentía
gilipolleces de escuismi, silbuplé, y pardon, yo no tenía
culpa de nada y casi iba a cobrar, como la señora del Eroski,
la que le han abofeteado en una cola.
Al final mala organización en las bodegas, familias que no
arrancaban los coches y desaparecidos del mapa, uff, que
alivio llegar a Ceuta, con mi playita y mis cositas
caballas. Ya puestos a pedir, un barco para residentes.
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