Y no para beber agua, sino para
utilizarlas como piscinas circunstanciales, en todas las
localidades españolas, tras el triunfo de España.
Y es que no hay ciudad, con una fuente popular y típica que
no haya tenido, en la noche del domingo, a toda la juventud
y a otros no tan jóvenes que no se hayan dado un baño “en la
fuente del pueblo”.
Esto era, un poco, hacer uso de “la fruta prohibida”, esto
es poderse bañar, sin ser multado, donde está estrictamente
prohibido, en invierno y en verano.
El tiempo acompañó para esto, el personal tiró todo lo que
tenía acumulado, desde hace un mes, y la oportunidad llevaba
a eso que se está haciendo tradicional, tras un triunfo
deportivo.
No es la primera vez que esto sucede, yo estoy deseando que
en Ceuta, con un ascenso a segunda A, el próximo año se
pueda vivir una experiencia de este tipo, a nivel local,
pero lo que sí ha sido la primera vez es que estos baños
vienen motivados por haber logrado, nada más y nada menos
que, un campeonato del Mundo de Fútbol, con la primera de
las Selecciones.
Llevamos ya varios años recogiendo los frutos de aquello que
fueron proyectos y se hicieron realidad con las Olimpiadas
del año 1992.
Aquello fue el comienzo, desde entonces llegaron las
medallas, por docenas, en todo tipo de competiciones, y
desde ahí se empezó a vislumbrar del deporte español a una
altura que en los años 70 del pasado siglo era impensable.
En fútbol, es cierto, tardó en llegar a la primera de las
selecciones, precisamente, cuando maduró la generación que
venía, desde años atrás, siendo favorita y logrando triunfos
en otras categorías, pero en las inferiores.
Ahora se ha llegado a lo más alto, algo que se comenzó hace
dos años y que ahora se acaba de rematar, ¡¡Ya era hora!!,
es cierto, pero ha llegado y con una base que puede ser
favorita, para algunos años más. Tiempo al tiempo.
Es cierto que, siempre que hay una fiesta quedan huellas de
ella en los pueblos, al son de ese triunfo, por parte de los
fantoches que buscan hacer daño, sin ton ni son, con lo que
en más de un lugar, no sólo las fuentes, sino en otro tipo
de lugares ha quedado alguna marca, pero todo será dado por
bueno, esto menos, tras un triunfo que se venía anunciando y
que al final se ha conseguido.
Al mes de “banderas al viento” ha seguido la noche del baño
en la fuente principal del pueblo. Ahora, las banderas, las
camisetas rojas y todas esas pinturas que se han ido
utilizando, partido tras partido, van a quedar guardadas en
uno de los lugares preferentes de cada casa, para siempre.
La publicidad ha hecho lo suyo. El triunfo, bien remunerado
de los jugadores, ha hecho que los medios de comunicación,
también, casi todos, hayan hecho su agosto, además de que
este triunfo va a permitir que muchos puedan hacer el regalo
más preciado del verano, por muy poco dinero, una camiseta
de la Selección Española, al precio que se haya querido
poner, pero siempre barata, para lo que representa.
Esto hizo que el lunes se vendiera todo lo que olía a la
Selección Española de Fútbol, y que, a lo largo del verano,
las vacaciones tengan un color diferente de las del pasado
año.
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