Miguel Ángel Blanco tenía
veintinueve años cuando ETA lo secuestró el 10 de Julio de
1997, cuarenta y ocho horas después apareció herido de
muerte con dos tiros en la cabeza en la localidad
guipuzcoana de Lasarte. Era el secuestro número 78 de la
banda terrorista ETA desde 1970, el número 10 de los
secuestrados asesinados. El número 778 en la macabra nómina
de muertos de la terrorífica organización. Su vida fue breve
pero intensa. Miguel Ángel no imaginó que trabajar por sus
conciudadanos en el Ayuntamiento de Ermua como concejal del
Partido Popular le convertiría en un héroe de la democracia,
del Estado de derecho y del pluralismo político. Entregó su
vida por la Libertad sin que hubiera temido perderla y se
convirtió en un referente de la concienciación y
movilización ciudadanas contra el terrorismo, contra ETA.
Recordar a Miguel Ángel Blanco es recordar todas las
consecuencias de la barbarie terrorista, a todas las miles
de familias afectadas por el totalitarismo etarra. Miguel
Ángel Blanco no pudo escuchar la voz de toda una sociedad en
pie de Libertad contra el fanatismo y la dictadura del
terror. Es una obligación moral y una luz de esperanza
recordarle y mantener su estela de compromiso y humanidad.
El secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco marcó un
antes y un después en la lucha contra el terrorismo. Miles
de ciudadanos en toda España salieron a la calle a defender
la vida y la Democracia, se pusieron en la piel de Miguel
Ángel, su familia y sus compañeros e intentaron con su
manifestación y su clamor salvar la vida de un ciudadano
víctima de la barbarie de ETA. España entera señaló a ETA y
a sus cómplices políticos como los principales enemigos del
Estado de Derecho, es ahora pues tiempo para no dejar tomar
aire a los violentos, ni a los que les amparan
aprovechándose del estado de derecho, para arrojarlos de
esta sociedad a la que tanto daño han hecho a lo largo de
casi 40 años de terror y desprecio por la vida humana. No
hay perdón para ellos. Miguel Angel Blanco y el espíritu de
Érmua debe estar siempre presente.
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