Tras exponer en 8 ciudades diferentes de Marruecos, el
fotógrafo Luis de Vega presenta en Ceuta su muestra de
imágenes, ‘La Vida Perra de Chukri’, en la que refleja los
lugarares donde nació, creció y murió el escritor Mohamed
Chukri. Luis de Vega inauguró su exposición el pasado 2 de
julio en el Museo del Revellín y permanecerá abierta al
público hasta el próximo día 25. La muestra cuenta con 35
imágenes realizadas entre 2002 y 2008 en las cordilleras del
Rif y el Atlas, Larache, Tetuán, Tánger, Rabat, Casablanca,
Essauira y Juribga. El periodista trabaja como redactor y
fotógrafo en el diario ABC desde 1994 y desde 2002 ocupa la
corresponsalía en el Magreb con base en Rabat.
Pregunta.- Ha estado más de un año exponiendo en diferentes
ciudades marroquíes. ¿Cuándo inauguró la exposición?
Respuesta.- La exposición se inauguró en septiembre en Rabat
y ha ido rotando por 8 ciudades marroquíes. En Ceuta empieza
la gira española, es la primera ciudad en la que expongo ‘La
vida perra de Chukri’. El mes pasado terminó la gira en Fez,
e inmediatamente la hemos traído a Ceuta. Realmente ha sido
un honor que la Ciudad se haya interesado en exponer mi
muestra fotográfica, por ello, antes de dar el salto a la
Península, hemos querido llevar la exposición al Museo del
Revellín. Después de esto, el único lugar que tengo
confirmado es Granada, será la décima muestra de la
exposición.
P.- ¿Cuántas imágenes recoge la exposición?
R.- En total hay 35 fotografías. El proyecto nace a raíz de
un encuentro que mantuve con el propio autor Chukri en
febrero de 2003. Le hice algunos retratos e intenté seguir
viéndolo, pero por desgracia, unos días después Chukri
murió. Entonces el proyecto puede decirse que se me quedó
cortado. A partir de ahí me propuse hacer una evocación
fotográfica de la obra de Mohamed Chukri, de su trilogía ‘El
pan desnudo’, ‘Tiempo de errores’ y ‘Rostros, amores,
maldiciones’, las 3 obras en las que el autor cuenta su vida
en el norte de marruecos. Las 35 fotos muestra lo que es
para mi su vida, lo que él me contó personalmente y a través
de sus libros.
P.- ¿El proyecto surgió cuando conoció a Chukri o ya lo
había planeado?
R.- Por entonces había leído sus obras y ya sabía que el
hablar con él era posible, porque estaba viviendo en Rabat y
sabía que él estaba en Tánger. Mi interés fue, sobre todo,
como periodista, el inicio no fue el hacerle fotos para
llevar a cabo una exposición. Aunque siempre que voy a hacer
una entrevista me llevo la cámara de fotos, es por ello que
fue más que nada algo casual. Luego la idea fue tomando
forma y madurando hasta convertirse en el proyecto que
comenzó en el 2003 y finalizó en 2008.
P.- ¿Le costó mucho llegar hasta Mohamed Chukri?
R.- No, no me costó demasiado, tan sólo un golpe de
teléfono. La gente ya me avisó de que para entrevistar a
Mohamed Chukri era conveniente llevarle un par de botellas
de whisky, y, efectivamente, así fue. Cuando vio las
botellas decidió que podíamos empezar la entrevista, esa fue
la llave. Puedo decir que soy especialista en Chukri y que
lo conocí profundamente. Pasé todo un día con él y hablamos
mucho, pero, desgraciadamente no pudo repetirse. Siempre me
atrajo la idea de contar el Marruecos de Mohamed Chukri.
P.- ¿Hubo algo que le llamó la atención de Chukri en sus
últimos días de vida?
R.- Lo que me sorprendió muchísimo fue su nivel de
castellano, a pesar de que sus libros estuvieran todos
escritos en árabe. Yo sabía que hablaba varios idiomas pero
nunca pensé que tuviera ese dominio del castellano. Cambiaba
los registros perfectamente, del más puro y correcto al
callejero con el que se identificaba en sus libros.
P.- ¿Recuerda alguna especialmente alguna anécdota de las
que le narró Chukri?
R.- Mohamed Chukri siempre se quejaba, todo el tiempo. Me
dijo que, a pesar del éxito que había recibido como
escritor, teniendo en cuenta que en ese momento ya se había
levantado la censura de sus obras en Marruecos, seguía
siendo una persona relativamente pobre, que no tenía ni para
comprarse un coche, porque le robaban por todos sitios.
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