El pequeño campamento que han levantado un grupo de
inmigrantes subsaharianos que reclaman su derecho a “cruzar
a la península para poder llevar una vida normal” acaba de
cumplir una semana y un día más frente al edificio de la
Jefatura Superior de la Policía Nacional, en el Paseo de
Colón. Son hasta este momento 12 en total: todos llegaron a
la ciudad desde el Congo excepto uno que lo hizo desde Costa
de Marfil. Luchan con pancartas y carteles por su derecho a
esta “vida común y corriente” y recuerdan con tristeza que
“El Congo está siendo ahora sacudido por una situación de
violencia que no nos permite volver”.
Hoy cumplen una semana y un día de añadidura apostados
frente al edificio de la Jefatura Superior de la Policía
Nacional, en el Paseo de Colón. Tienen junto a ellos, en el
pequeño campamento que han levantado en la calle, sus
maletas, sus ropas, sus objetos personales. Son en total 12
inmigrantes. Todos provienen de países subsaharianos: todos
llegaron un día a Ceuta en busca del ‘sueño europeo’; una
vida digna y tranquila alejados de la pobreza, de la miseria
y, sobre todo, de la guerra y de la violencia.
Once de ellos llegaron a la ciudad desde El Congo; el otro
lo hizo desde Costa de Marfil. Hay dentro de este grupo,
además, una mujer que se encuentra embarazada.
Un conjunto de estos inmigrantes subsaharianos se concentró
en esta zona de la ciudad el pasado viernes para pedir
“tener el acceso a una vida normal y corriente en la
península”.
Poco a poco, se fueron uniendo más y más a este grupo que
hoy todavía sigue luchando por sus derechos en plena calle
levantando al cielo pancartas y colgando en las paredes y en
las señales de tráfico carteles reivindicativos.
Agotamiento y frustración
“Nosotros lo único que estamos pidiendo es poder cruzar el
Estrecho hacia la península”, señalan estos congoleños y el
marfileño residentes del Centro de Estancia Temporal de
Imigrantes (CETI) de la ciudad, que declaran que cuentan con
una Resolución de Expulsión que tendría que haber sido
efectiva en 48 horas una vez concedida pero que a estas
alturas todavía no se ha hecho efectiva. “Los que nos
encontramos aquí concentrados llevamos viviendo en el CETI
de Ceuta desde siete hasta diez meses”, especifican estos
inmigrantes, que añaden que “sin embargo, algunos de
nosotros incluso hemos ya cumplido los dos años en esta
situación: muchos nos encontramos ya agotados y frustrados”.
“Estamos aquí luchando juntos para poder solucionar un
problema que es real, y estamos ya hasta las narices de
encontrarnos en una situación que consideramos que es
injusta: únicamente pedimos, y lo necesitamos, que nos
reconozcan el derecho a poder realizar una vida normal; una
vida completamente corriente”, concluyen estos inmigrantes.
Los subsaharianos que se apostan desde hace ya una semana
frente a la Jefatura Superior de la Policía Nacional
recuerdan con nostalgia sus países de origen: especialmente
lo hacen, constantemente, los 13 congoleños.
Un país en guerra
“Nuestro país se encuentra en guerra”, declaran con tristeza
los inmigrantes que provienen del Congo, que añaden que “la
situación allí es ahora muy violenta y en estos momentos
tenemos muchas dificultades”. “Nosotros lo único que
queremos es una vida tranquila, y creemos que todos los
seres humanos tenemos derecho a ella; a vivir a salvo de la
violencia y del horror”, finalizan.
La crisis ya ha cumplido dos años y medio en España: casi el
mismo tiempo que llevan en Ceuta muchos de estos
inmigrantes.
Unos cumplen dos años sin trabajo; otros, dos años sin
patria.
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