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OPINIÓN - JUEVES, 8 DE JULIO DE 2010

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Operación triquini
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Sí, lo sé. Toda la vida se ha llamado “Operación bikini” a las correndijas por perder michelines, adiposidades, cartucheras, buche de palomo y demás protuberancias de adipocitos, de cara a lucir el body en verano.

Pero este año es distinto. Porque en “el posado” veraniego 2010 en Palma de Mallorca, Ana Obregón ha aparecido luciendo añoso palmito en triquini blanco. Osada en sus poses y sin el mínimo complejo. Lógicamente parte del marujerío patrio se ha lanzado a buscar seductores tres piezas para contonearse por la orilla de la playa o a la vera de la piscina comunitaria. El tanga-tanga ha quedado para las muy jóvenes que conservan el trasero en su lugar bien tonificado, o para las “profesionales” en el caso de localidades como Marbella. Bueno, también para las que han tenido los cuatro mil euros que cuesta meterse en las posaderas las apetecidas prótesis del celebérrimo “culo brasileño”. ¿Qué si se ven muchos “culos brasileños” operados? Algunos. Yo en Marbella he visto bastantes entre las “lumis” y pocos entre las otras, porque dicen que es incómodo. El llevar dos manzanas gigantes a modo de cojines en el trasero y tenerte que sentar sobre “eso” parece que da un poco de repelús.

Vale, si tienes que vivir llevando la caja registradora a la vera de la ingle, es normal sacrificarse, también si la fémina ha envejecido mal y lleva colgando en la zona superior algo similar a dos pimentillos asados y en la trasera inferior unos lastimosos pellejos. Y encima quiere “seguir en el mercado” que es como aquí se dice de quienes están más que disponibles para iniciar una nueva relación. ¿Qué si tengo como observatorio sociológico la esquina del “Da Paolo” de Puerto Banús cada sábado por la tarde y esas son mis únicas referencias? No. Sus sospechas son infundadas. Cierto es que, “alguna vez” a la semana, yendo o viniendo a trabajar-de trabajar, me paro en Da Paolo. Sí, en la mesa de la esquina. Pero no es tan solo por observar y fisgar, sino porque el café es aceptable (exquisito no, tan solo aceptable) y su tarta-tocho de chocolate adornada con nata es tan empachosa y pesada que, mi amiga María Rosa Roca y yo tenemos que compartir la ración y acabamos saciaditas y bebiendo agua para achuchar el mejunje, porque eso no pasa.¡Más rica!.

Pero, en Puerto Banús se ve de todo. ¿Qué comentan? ¿Qué yo paso también mucho por La Línea y si allí no se ve “de todo”? Pues no, se ve más bien “todo de lo mismo” porque es otro estilo, vamos, que no es Da Paolo en Banús. Aunque yo me lo paso igual de bien allá donde aterrice y cualquiera que sea mi compañía, porque vivo el momento, me como lo que me ponen haciendo, eso sí, muchos dengues y calculando calorías y disfruto tanto hablando con mis amigas marbelleras como hablando con los pescadores. No. Tienen razón. En La Línea se ven menos prótesis mamarias y menos culos operados. Aunque este año, en la Costa, la última moda no es operarse y meterse la prótesis, porque a mucha gente les da problemas y se tienen que reoperar. Ahora inyectan a las féminas ácido hilaurónico en la pechera para que se infle y se levante un poco ¡que yuyu!. Una aguja larguísima introduciéndose en las tetés para llenarlas de líquido.

Pero peor son los tíos que se operan. Porque se operan “de todo”. Ya no es la liposucción de abdomen que se hace todo el mundo, por mor de no machacarse en el gimnasio y marcarse abdominales-tableta de chocolate, sino que se operan más cosas y se meten prótesis donde la naturaleza ha indicado que existan músculos bien trabajados. ¿Y el calvario de las depilaciones láser? Desde jóvenes se están quitando pelos, los menos pudientes con cera, pecho, brazos, piernas enteras ¡ay! Y los que tienen dinerillo o consiguen un crédito dale que te pego con el láser ¡hasta en el entrecejo!.

¿Qué gruñen? ¿Qué siempre se ha dicho lo de “el hombre y el oso cuanto más feo más hermoso”? Bueno, eso lo debió inventar un feo. O un masoquista. O un majarón. Porque la verdad es que “el hombre y el oso, cuanto más feo, más horroroso”. El feísmo para el que lo quiera, yo paso. ¿Qué cual es mi tipo? Pues como el de todo el mundo, ruso, uno noventa, doctor en neurología o en física cuántica, unos cuarenta años, experto en artes marciales, tableta de chocolate obligatoria, entrenamiento diario, yogui y buenísima persona. Pero como de eso no hay paso del tema y me quedo como estoy.

Pero sin triquini. Y sin “culo brasileño”.
 

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