Dicen que cuando algo funciona
bien, nadie repara en nada que pueda perturbar lo que ya
funciona, dentro de ese elenco de profesionales , el jefe en
cuestión se acordará de algunos componentes que puedan
“potenciar” otras secciones , sucursales y puntos de venta
que no vayan tan bien , como la que va sobre ruedas, y esto
se puede aplicar en Ceuta, en las cuestiones de EQUIPARAR,
una zona sobre otra.
Mi playa de la Ribera, va echa una reina, con sus
mobiliarios, sus Banderas Azules, su noche de San Juan, la
pantalla para que gane Mi España. Salvo el pasado miercoles,
que no había agua ni para aliviarse el calor, de un curso de
garantía social, que tenía que hacer unas pruebas de fin de
curso, solo los silbidos y piropos de Amgevicesa , guapa...
las chicas no tenían vestuarios, ni servicios, ni agua en
las duchas para preparar una tarea, en pos del servicio a
los ciudadanos de Ceuta, como dijo Lopez de Anglada, gente
de Ceuta que se le va de la mano, en la orilla de mi playa
del alma. Y mira por donde PARA POTENCIAR, mis piropos y
amores a mi tierra, nos dijimos mi mujer y yo, vamos a esos
rincones de aguas frías y cristalinas, donde solo se escucha
el viento, PLAYA DE PUNTA BLANCA, la zona de Calamocarro.
Nos dimos cuenta, que se habían removido las rocas, ya no
teníamos esa bajadita rocosa y pendiente, que hacía las
delicias de montañeros y alpinistas, el sosiego, la calma y
tranquilidad es una bendición, los sabados por la tarde,
donde la juventud y algarabía hacen de las suyas en mi playa
de la Ribera, por eso hicimos el cambio para potenciar en
mis historias y vivencias, los atardeceres y placeres de la
zona de Punta Blanca.
Ya no podíamos bajar por las roquitas inclinadas, había que
dar un volteón a otro extremo, aconsejados por un señor
subsahariano, que dice que no tiene nada que ver con la
revulta del GHANA-URUGUAY, que el quiere que gane España,
hasta en el Pro-Evolution..., dimos una vuelta y bajamos a
nuestra playa de Calamocarro, allí no teníamos posters ni
banderas por doquier, ni piropos de Amgevicesa, ni agua ni
duchas de juguete, ni casetas ni barandas para hacer un
caminito como Dios manda. Cenienta de mi Ceuta, menos mal
que aunque no fueras coqueta ni estuvieras para hacerte una
foto, el agua no te la cambian, porque Dios en ese RINCON
TUVO UN CAPRICHO.
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