El sábado, al
mediodía, quien más, quien menos, tenía ciertas dudas de si
España salvaría los cuartos de final, para llegar, por
primera vez en la historia, a semifinales, pero de lo que no
parecía tener duda nadie era de que Argentina debía ganar al
conjunto alemán.
Al ir corriendo los minutos, desde
muy pronto, pues sólo habían transcurrido tres, los alemanes
se iban adueñando del partido y, también, del marcador,
hasta concluir, en una segunda parte sensacional, con una
concluyente victoria que mandaba a los argentinos a casa.
España y Paraguay fue otra cosa.
No hubo brillo, pero cada uno jugó sus cartas y, al final,
el equipo español supo quedarse con el triunfo, que es de lo
que se trataba.
Y otra vez Iker Casillas que se ha
vuelto a hacer con un prestigio que iba perdiendo, poco a
poco. Las dudas sobre su forma, al principio de esta fase
final del Mundial, se han debido disipar en la jugada clave
del partido, al haber detenido un penalti que podía haber
complicado el partido y que hubiera enviado a casa al equipo
español. Pero Iker estuvo ahí, detuvo la pena máxima y, a
partir de entonces, las cosas cambiaron totalmente y para
bien de España.
De los alemanes no vamos a decir
nada hoy, de los paraguayos tampoco, porque hicieron lo que
pudieron y, al final, perdieron, pero con dignidad. De quien
sí habrá que hablar, y en su país lo harán más, es de
Argentina, por ser un equipo con grandísimas figuras, pero
con un técnico que, si cuando era jugador, muy bueno, fue
además un tramposo ( hay que recordar "la mano de Dios"),
como responsable de la selección ha dejado mucho que desear,
ha actuado como un macarra, lejos de lo que debe ser un
hombre del deporte, especialmente el día que logró
clasificarse para esta fase final, con lo que ahora ha
salido de Sudáfrica, por la puerta de atrás.
Particularmente me agradaba
Argentina, hay jugadores en esa selección que están en lo
más alto del fútbol hoy, pero una selección con un técnico
así, con un director de ese tipo, ni puede, ni debe estar
arriba.
Los Messi, Iguaín, Kun Agüero y
demás deberían haber estado dirigidos por un técnico
solvente y ejemplar, no por Maradona que ni es, ni debe ser
ejemplo de nada bueno, para nadie.
Y volviendo a España, me quedo con
los comentarios en Tele 5 de José Antonio Camacho, un
autentico señor ante el micrófono, ahora que él no dirige a
nuestra Selección Nacional y sabiendo "barrer" con
corrección para casa, sin pronunciar una palabra que pudiera
ofender o molestar al técnico Vicente del Bosque o a
cualquiera de los jugadores, además de saber valorar las
virtudes del adversario.
Camacho que con la Selección
Española, como técnico, no pudo brillar, sí sabe estar en su
sitio al comentar los partidos del Mundial, y eso hay que
saberlo valorar.
Sobre del Bosque no puedo decir
nada especial, está haciendo lo que puede, especialmente,
porque mirar al pasado reciente de Luis Aragonés era, hasta
ahora, tener la "espada de Damocles" sobre su propia cabeza.
Eso era hasta el sábado, a partir de ahora, y especialmente
si mañana salva la eliminatoria, frente a Alemania, es
posible que él, también, pueda decir más de una cosa. Eso
habrá que verlo.
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