La asignatura Educación para la
Ciudadanía (EpC), se implantó con la LOE en 2006. La
imposición de dicha asignatura no fue bien recibida por el
PP y parte de la Iglesia, que recomendaron la objeción de
conciencia y, algunas familias, solicitaron al centro que
sus hijos no recibieran la materia.
La situación actual es la siguiente: En principio, los
alumnos no asisten; después, con las protestas venidas a
menos, los alumnos asisten, sin problemas, a esas clases.
Recordemos que la Generalitat Valenciana, amenazó con
impartir esa materia en Inglés. Dos años después, se les
dedican pocas horas, como si se tratara de una “María”.
Por parte del Ministerio, que está convencido de que “la
sombra de sospecha arrojada” ha perjudicado a la asignatura.
En la mayor parte de las CC. AA, las horas de clases se
dejaron al mínimo impuesto desde la administración (35
sesiones por curso) explica: lo normal es aumentarlas.”
Para el filósofo Savater, valedor de la asignatura y
prologuista del texto EpC de la Fundación CIVES, “una clase
es peor, pero menos es nada”. Y reflexiona: “Si la Religión
estuviera donde debe estar, fuera de la escuela pública,
habría más horas para una asignatura que es muy importante
(nada para la Religión, todo para la EpC).
Sólo en Comunidades gobernadas por el PSOE, la EpC tienen
dos a las semana. Los docentes señalan la escasa carga
lectiva como la lacra de la asignatura. “Se convierte en una
‘maría’, (fácil de aprobar y poco valorizada por el alumno).
Para desarrollarlos haría falta, como mínimo dos horas”.
Pero hay que tener presente –según el propio Ministerio-
“que es una recomendación de las Instituciones Europeas”. El
50% de estos países ha conectado la enseñanza en valores
como una materia independiente. Los contenidos son cuatro
círculos concéntricos: convivencia con el entorno próximo,
principios de vida en una sociedad democrática, ejercicio de
la ciudadanía en un contexto global y situación y relación
del individuo consigo mismo. Por supuesto que los temas
relacionados con la identificación afectivo-sexual, fueron
los más cuestionados.
Álvaro Marchesi, Secretario de Estado de Educación cuando se
incluyó Ética en la LOGSE, así como la educación en valores
de forma transversal a todas la materias, cree que esta
asignatura era “mucho más fuerte, se hablaba de vida, la
muerte y el sexo”. “Creo que dos horas a la semana van a
transformar a las nuevas generaciones, es entender el
compacto de una disciplina, o cómo va a competir con la
influencia de la familia”. Por otro lado, Savater, que cree
que la transversalidad es una forma de zafarse. “Piensa que
es disparatada la idea que sólo los padres pueden transmitir
valores”.
Pero, de parte del temario que interesa al alumnado,
contiene la solidaridad, los diferentes sistemas políticos
en Europa, los derechos humanos, los impuestos… según
opinión de los docentes. Cuando los contenidos contemplan la
violencia contra las mujeres, unión de homosexuales… los
profesores se encuentran con serias dificultades para
justificarlos.
También los profesores se encuentran con serios problemas
entre los alumnos de 13-14 años, en el primer ciclo de la
ESO. Es cuando empiezan a desarrollar el pensamiento
abstracto. La metodología es activa: material audiovisual,
debates, charlas, discusiones y un poco de exposición
teórica. Se insisten en que a esas edades encuentran
dificultades para impartir esos conceptos.
Pero existe un problema para no hacerlo: la tasa de abandono
escolar está en un 30%, por lo que si pretendemos de verdad
formar ciudadanos, hay que hacerlo antes de que dejen los
estudios.
El inicio del curso 2008-2009 fue muy convulsionado por los
numerosos frentes abiertos a favor y en contra de la
asignatura Educación para la Ciudadanía. Algunas comunidades
gobernadas por el PP, decidieron echar el pulso al Gobierno
y ofrecer una alternativa para los alumnos que se acojan a
la objeción de conciencia, como fórmula para no cursarla.
El Gobierno se propuso hacer uso de todas sus competencias y
facultades para garantizar que los escolares pudieran
cumplir con derechos constituyentes en las aulas, recibiendo
con normalidad la asignatura EpC. No se pasará de curso si
se suspenden dos asignaturas y una de ellas es EpC.
Reforzando una vez más, la función específica de la misma:
explicar los valores ciudadanos entre nuestros jóvenes y
mejorar el conocimiento de nuestro entorno.
Con anterioridad (23-09-07), en página de este diario, me
pronuncié, ante la proliferación de manuales e invitaba a
los enseñantes a que emprendieran esa labor, pues, solamente
ellos podrían iniciar esa polémica aventura, al considerar
que se encuentran suficientemente preparados para hacerlo,
seleccionando convenientemente los textos que fueron objeto
de polémica. Dichos materiales aparecieron de forma
precipitada. Todo el mundo se consideraba preparado para
ponerlos en manos de nuestros alumnos. Su lectura preocupó
enormemente a los padres, vigilando si en sus centros
optaran por su inclusión.
Según la ideología de sus autores, así se presentaban los
textos. Tuve acceso a una síntesis de uno de ellos, donde se
apreciaba que “la democracia sólo será tal cuando las
elecciones las gane un auténtico partido de izquierda”. En
ello, en los textos, se encontraban, el rechazo hacia la
asignatura, para llegar al momento de considerarla como una
“maría”, sin interés dentro de las materias de estudio.
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