Es lo que está siendo la huelga
del metro de Madrid, con un talante, casi de
“prerrevolución” por parte de unos sindicatos
irresponsables, apoyados desde otras esferas y con el
principal objetivo de “reventar Madrid”.
Yo decía en una de mis columnas de días pasados, que el
martes, a la hora del encuentro España – Portugal, Madrid
tenía una circulación tan fluida que daba gusto atravesarla
a esa hora.
Todo lo contrario podemos decir del día siguiente en el que
una huelga salvaje, no tiene otro nombre, y política, para
más INRI, dejó a los madrileños, a más de dos millones, sin
el derecho a poder cumplir con sus obligaciones de llegar a
la hora a su trabajo, en el transporte público más
frecuentado de Madrid: el metro.
Los empleados del metro madrileño son empleados públicos,
como yo lo soy en la enseñanza y si a ellos en su comunidad,
la de Madrid, les rebajan el sueldo un 2,5%, esa no ha sido
una iniciativa de Esperanza Aguirre, eso es llevar a cabo,
también en la Comunidad de Madrid, una estrategia que partió
del Gobierno Central para toda España, y para todos los
funcionarios y empleados públicos.
A mí, con toda seguridad, me han descontado más de ese 2,5%
y a los médicos de Madrid, o a mis colegas los catedráticos
de esa comunidad, también.
Desde hace muchos años he dicho y voy a seguir diciendo en
el futuro, que me parece muy bien el derecho a la huelga,
pero que simultáneamente a ese derecho está, también, el
derecho a trabajar quienes quieren trabajar y tienen
trabajo, por lo que no es de recibo que, especialmente,
“unos liberados”, la crema y nata de los sindicatos, hayan
sido los que más forzaran la situación para que los que sí
querían trabajar no lo pudieran hacer.
Con esta huelga, contrariamente lo que pretenden los
sindicatos, vendidos al poder por las subvenciones, van a
fortalecer más a la presidenta de la Comunidad de Madrid,
que ni tolera, ni debe tolerar, situaciones de este tipo y
es que si los vagones del metro los tienen que llevar otras
personas los llevarán, con los expedientes y despidos que
vengan después.
Y ¡ojo! A lo que puede venir tras esto, en otras parcelas,
cuando se está rumiando, de nuevo, que los controladores
podrían empezar a hacer su campaña, ahora que llega la época
de tanto movimiento, y en ese caso ya veríamos si la señora
De la Vega iba a ser tan generosa con los huelguistas, como
lo está siendo con los “bárbaros” que pararon totalmente el
metro de Madrid.
No cabe duda alguna, Madrid está soportando en el metro una
huelga política, especialmente cuando hay un grupo de los
que han hecho ”carrera sindical” que están intentado, por
unos medios ilegítimos, cargarse de una manera salvaje y en
contra de las normas establecidas, a la presidenta de
Madrid, Esperanza Aguirre.
Con todo, lo que no parece que hayan medido bien es la
fuerza de la que van a disponer para lograr eso, por cuanto,
repito, de esta situación Esperanza Aguirre va a salir
reforzada y el derecho de huelga, sus normas, van a ser, no
tardando mucho, revisadas y renovadas para así evitar, cara
al futuro, que un grupo de facciosos traten de someter a
toda una población civilizada.
La crisis que afecta a todos, a los liberados de los
sindicatos no les va a descontar nada de los días que haya
paro. Esperemos que eso dure ya muy poco tiempo y que los
sindicatos vivan de sus propios ingresos, no de las
subvenciones que les dan los gobiernos con dinero de todos,
también del mío.
|