Hace ya varios días que comí con
unos conocidos. Los cuales gozan de información sobre la
política en general y, sobre todo, de los políticos
pertenecientes al Partido Popular de Ceuta. La conversación
fue interesante y salieron a relucir posturas, actuaciones y
hechos de personas que me pusieron en el camino de la risa.
Y a fe que lo aproveché. Así que no tuve más remedio que
agradecerles a los allí reunidos el rato de alegría que me
habían proporcionado.
A uno de los interlocutores, cuando apenas nos habíamos
sentado a la mesa, se le ocurrió contarnos una historia. Y,
nada más abrir la boca para decir ¿Sabéis aquel que
dice...?, se me vino a la memoria ese humor absurdo que tan
de moda puso, en su momento, Eugenio Jofra Baffaluy,
más conocido por Eugenio.
Y es que el contador parecía un calco de aquel catalán que
se tenía por intérprete de historias o cuentos. El cuento
del compañero comensal trataba de un político que no paraba
de hacerle obras a un edificio de la Administración local,
sin que de las obras se tuvieran más conocimientos que de
las facturas que se ponían al cobro. Pues bien, remedando a
Eugenio, se inventó la anécdota e hizo posible que todos los
demás tuviéramos que sujetarnos la botarga para poder
soportar la risa.
Todos los que estaban sentados a la mesa pertenecían al PP.
Todos, menos yo. Claro. Lo primero que deduje, en cuanto
pude dejar de reírme, es que resultaba muy saludable ver a
unos militantes haciendo chanza de los deslices que se
cometen en su partido. Porque ya está bien de fijarse sólo
en los cometidos por los adversarios. Y, desde luego,
conviene quitarle dramatismo a situaciones que, una vez
conocidas, deberán penalizarse en el momento oportuno.
Luego, como suele ocurrir casi siempre que se habla de las
interioridades del PP –de Ceuta-, el nombre de Jesús
Fortes salió a la palestra. En este caso, para bien.
Puesto que los presentes le recordaron con afecto y hasta
surgieron anécdotas relacionadas con él. Por cierto, que
allá a los postres se dijo que JF había estado con el
presidente de la Ciudad. Y que su visita la había
aprovechado para quejarse de las andanzas de cierto
consejero. Y, quien hablaba al respecto, decía que el ex
presidente de la Ciudad había puesto mucho ardor al quejarse
ante Juan Vivas. Lo cual, tratándose de JF, a mí no me
extrañó en absoluto.
Pues bien, en vista de que a mí me agrada sobremanera
enterarme de cuanto me dicen, si acaso el asunto despierta
mi interés, no tuve el menor inconveniente en preguntarle a
quien debo acerca de si era verdad ese encuentro habido
entre Vivas y Fortes. Y ayer he recibido la respuesta. La
que, desde luego, también mantendré en cuarentena.
Se me ha dicho que Fortes fue recibido por Vivas. Y que la
conversación transcurrió por cauces de buen entendimiento. Y
que ambos salieron de ella muy satisfechos. Y hasta se me ha
apuntado que la reunión podría haberse pactado para hablar,
dado que los dos son hombres muy importantes en el partido,
sobre la posibilidad de que vuelva a contarse para el
próximo gobierno con personas que ya disfrutaron de cargos
destacados cuando Fortes presidía la ciudad. Pero sigo
pensando que lo mejor de la comida fue ver cómo el militante
del PP remedó a Eugenio.
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