Acudiendo a la conocida obra de Oscar Wide, y trasladándonos
en tiempo y en lugar a esta tierra nuestra, la citada nos
viene al pelo para tratar de abordar el vergonzoso
espectáculo que se está desarrollando, en las oposiciones
para acceder a la plantilla de Bomberos de Ceuta y que ya
han sido objeto de cartas de denuncia aparecidas en este
mismo medio
Después de un parón de casi 6 años, se han publicado 14
plazas, a las que optaban en un principio unos 160
opositores, de los cuales fueron descartados (bien por el
reconocimiento médico o por falta de otros requisitos) casi
70, quedando para las pruebas físicas unos 90 aspirantes;
después de un período de incertidumbre sobre si la crisis
afectaría a esta convocatoria y otros comentarios más o
menos fundados, se fijó el calendario de las pruebas.
Durante este período previo, las conversaciones entre los
aspirantes versaban sobre el número de “plazas que ya
estaban adjudicadas previamente”, que si fulano de tal, que
si mengano… en fin los comentarios tipos de una ciudad de
provincias, debidos entre otras cosas a los nervios lógicos
de los jóvenes aspìrantes y a “los apellidos ilustres” de
algunos de ellos.
Entramos a continuación en el motivo fundamental de esta
carta. El viernes 25, se desarrollaron las pruebas de Trepa
de Cuerda y Lanzamiento del Balón Medicinal en el
polideportivo “CAMPOAMOR”. Nada más llegar los aspirantes,
los jueces nombrados por el ICD, les comunicaron que debían
quitarse los relojes. Ante este requerimiento “sin sentido
ni lógica” –salvo que suceda lo que a continuación les
relato- uno de los aspirantes –de los desplazados desde la
Península- les preguntó el objeto de esa medida, y que la
misma no figuraba en las Bases de la Convocatoria,
contestándole el citado individuo, que las normas las ponía
él y que eso era lo que había.
Durante la prueba de trepa, hubo, al menos dos aspirantes
(Ernesto y otro), que no lograron subir la cuerda en el
tiempo requerido, siéndole adjudicados a los dos la marca de
10`00 sg por el “único cronometrador”. Los presentes, que
llevan varios meses entrenando y pagando de su bolsillo las
clases de preparación, están cansados de ver subir la
cuerda, por lo sólo con ver como se efectúa el agarre de la
misma y la amplitud de la brazada de subida saben si se ha
subido dentro del tiempo o no, y era claro y fue comentario
general, que esos dos no lo habían conseguido al igual que
otros que sí fueron excluidos de la competición.
A la falta de imparcialidad que supone la presencia de un
solo cronometrador – lo lógico es poner al menos dos y hacer
la media, siempre que las lecturas sean similares- se une la
“precisión de ambas marcas en el tiempo máximo permitido” –
le propongo al lector que trate de parar un cronómetro en
10:00 en una serie digamos de diez intentos….
Por lo que respecta a la prueba de lanzamiento de balón, la
misma se realizó en una superficie en la que no quedaba
marca de la distancia obtenida, haciéndose la misma a “ojo
de buen cubero” del juez de turno, con lo que volvemos a las
sospechas anteriores, y resulta harto significativo que a
algunos participantes se les adjudicase una marca un
centímetro inferior a la que permitía obtener un punto de
más.
En fin esperemos que el resto de las pruebas se desarrollen
en ambiente de IGUALDAD Y JUSTICIA, que permitan que entren
los más capaces y los Ernestos de turno, que parecen ser más
de uno…
|