El Plan Integral de Tabaquismo de la Consejerñuia de Sanidad
y Consumo ha llegado esta semana al Centro Penitenciario Los
Rosales donde ha trabajado junto a 17 internas y seis
reclusos procedentes del área de salud mental.
El perfil del grupo ha sido bastante heterogéneo, tanto en
edad y nivel de instrucción como en su relación con el
tabaco y expectativas del curso, señalaron Caridad Blanco y
Lola Naranjo, las técnicos especialistas en materia de
tabaco y responsables de la acción formativa. Aunque ello
“ha enriquecido las aportaciones y debates que se han
generado”, confesaron desde la cárcel ceutí. La prevención
del consumo de tabaco desde una perspectiva de género ha
sido el eje vertebrador del curso, en el que hicieron
especial hincapié en los beneficios que la mujer obtiene
tras la cesación tabáquica, tales como el rejuvenecimiento
de la piel, el blanqueamiento de los dientes, la
recuperación del brillo capilar o la eliminación de la
discromía de los dedos. Además, destacaron el papel de la
madre como promotora de hábitos saludables.
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