Óscar Melgar Campoy fue, junto a Alberto Torralbo, uno de
los agentes de la Policía Nacional que la pasada noche de
San Juan rescataron a un vecino que se encontraba ahogándose
a 50 metros de la orilla en las cercanías del espigón número
3, junto a la explanada de Juan XXIII. Óscar, que al igual
que su compañero llegó “exhausto” a la arena, describe la
operación que ambos llevaron a cabo para rescatar a esta
persona, a la que practicaron las técnicas de primeros
auxilios, que Alberto Torralbo también necesitó. Melgar
destaca que esta operación “ha sido una de las más
arriesgadas a las que nos hemos enfrentado nunca”, aunque
también expresa su satisfacción por haber podido salvar una
vida.
Pregunta.- Todo comenzó en una noche más de San Juan, con
las playas de la ciudad llenas de personas pero también de
riesgos. ¿Cómo supieron de este vecino que se estaba
ahogando?
Respuesta.- Nosotros fuimos requeridos por una familia que
se encontraba en la playa, en la zona de la explanada de
Juan XXIII. Esta familia nos aseguró que había una persona
en el agua que parecía estar ahogándose: así fue; corrimos
hacia el lugar y, muy próximo a la línea de las boyas de
seguridad y a unos 50 metros de la orilla de la playa, se
encontraba esta persona alzando los brazos y pidiendo
auxilio.
P.-Se lanzaron entonces al rescate.
R.-Así lo hicimos. Mi compañero Alberto Torralbo se lanzó
inmediatamente al mar y pudo dar alcance a esta persona que
se estaba ahogando. Y yo también me arrojé al agua.
P.-Pero hubo problemas para sacarlo del mar, ¿no es así?
R.-Los hubo. Y era normal que los hubiera en una situación
como aquella: el hombre estaba desesperado por salvar su
vida y se agarró a Alberto, al que no soltaba y al que
tampoco dejaba moverse con agilidad y soltura. De hecho, los
dos comenzaron a hundirse con rapidez y fue entonces cuando
yo, que ya había entrado en el agua, los pude alcanzar:
entre los dos sacamos a esta persona del mar; una persona
que, además, era bastante corpulenta -pesaba unos 95 kilos-
y que también había bebido. De hecho, al lado de sus
pertenencias, en la playa, se encontraba una botella de
alcohol.
P.-¿Y cómo se dio por finalizado el rescate?
R.-Mi compañero y yo llegamos a la orilla cargando con esta
persona, que se había desmayado, y allí los demás compañeros
del Cuerpo Nacional de Policía nos ayudaron a salir a los
tres. Fui yo quien le aplicó la reanimación. Cuando volvió
en sí, no podía reconocer a nadie ni tampoco sabía el lugar
en el que se encontraba; de la misma manera, tampoco
recordaba lo que había pasado. Poco a poco fue volviendo en
sí y recuperando la memoria y la tranquilidad. Por otra
parte, Alberto se desplomó en el suelo al llegar a causa del
gigantesco esfuerzo que había realizado y tuvo que ser
atendido por otro de nuestros compañeros, que le practicó a
su vez las técnicas precisas para reanimarlo. Había llegado
completamente exhausto a la orilla, y no era para menos.
Solicitamos también la intervención de una ambulancia. La
persona rescatada no se encontraba bien y nosotros mismos
tampoco habíamos llegado a la playa precisamente en buen
estado.
P.-¿Ha sido esta operación una de las más arriesgadas a
las que ha tenido que enfrentarse a lo largo de su carrera?
R.-Sí que lo ha sido: sin ninguna duda. Tirarte al agua para
sacar a una persona que te puede hundir con ella porque se
agarra a ti por su vida -lo cual es normal debido al lógico
ataque de nervios que padece en semejante situación- es una
operación arriesgada; arriesgada y muy dura. Tanto para
Alberto como para mi nos supuso un esfuerzo enorme. Los dos
tragamos bastante agua y, además, la noche estaba bastante
fría y había mucha humedad. Sin embargo, también supone una
gran satisfacción para un Policía Nacional el poder
enfrentarse a este problema y el saber que ha podido
solucionarlo y servir a la comunidad salvando una vida. Eso
es muy importante para nosotros.
P.-¿Les preparan en materia de socorrismo y de primeros
auxilios en el cuerpo?
R.-Damos cursos de socorrismo y de primeros auxilios básicos
tanto en la academia de Ávila como posteriormente. Después,
nosotros también continuamos aprendiendo y profundizando en
estas materias.
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