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OPINIÓN - JUEVES, 1 DE JULIO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

La selección genera euforia
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Observo en la calle, durante mi paseo de mediodía, cómo mucha gente camina erguida e irradiando satisfacción. Se nota la enorme alegría que ha causado el triunfo de la selección española ante la portuguesa. Una vez más, y aunque sus detractores sigan hablando de pan y circo, el fútbol ha vuelto a ser la mejor terapia hasta para quienes están ahítos de problemas.

Apenas comenzada la tarde, cuando acudo a los sitios donde suelo tomar el aperitivo, sólo se habla del gol de Villa; del magnífico hacer de Xavi Hernández, durante media hora, más o menos; de lo positiva que fue la participación de Llorente y del miedo que infundía Iker Casillas cuando le tocaba intervenir.

El ambiente en general es festivo. Y ya se piensa en la suerte que la selección española tiene por enfrentarse a la paraguaya. Y es que los aficionados, aunque anteponiendo el tópico de que no hay enemigo pequeño y menos en un Mundial, dan por hecho que nuestra selección jugará las semifinales.

La victoria frente a Portugal ha generado una euforia que se palpa en todos los sitios. Existe un estado de alegría, especialmente exaltada y con tendencia a creer que a partir de ahora España ganará el Mundial de carrerilla. Craso error, sin duda, que tiene como causante a una prensa cuyos comentaristas, glosadores y críticos pasan del pesimismo al optimismo sin ningún pudor. Y en muchos casos, créanme, opinando de manera superficial cuando no interesada. Con lo cual se les ve el plumero.

Desde hace muchos años, suelo sentarme solo ante el televisor para ver los partidos con suma atención. Los que me interesan. Y el de España frente a Portugal no iba a ser una excepción. Hoy, mientras comía con unos conocidos, se me ha pedido mi análisis del encuentro. Y no he tenido el menor inconveniente en hacerlo.

España jamás debió tener problemas en el medio terreno, parcela vital del campo, si enfrente jugaba Pepe en una posición en la que actúa más a disgusto que si le obligaran a presentarse a un concurso de belleza. Con el mejor central europeo, cumpliendo misión absurda, sobraba en el equipo español la alineación de Xabi Alonso. Quien, una vez más, jugó de hombre sombra.

De haber tenido Portugal un portero como Casillas, seguramente los portugueses hubieran encajado tres goles en los primeros quince minutos del partido. Mas tuvieron la suerte de contar con Eduardo. Magnífico en todos los sentidos. Eduardo y Julio César, guardameta brasileño, han sido capaces de darle mucho crédito al jabulani. Por lo que deberían ser premiados por adidas.

De Ronaldo Cristiano os diré que pegó el petardo más grande y jamás esperado Fue, además, una rémora para su equipo. Pero debemos agradecerle que su presencia en el césped hiciera posible que Sergio Ramos no perdiera ni un ápice de concentración. Así que no hubo manera de achacarle despistes tan frecuentes en él, cuando pierde los papeles jugando cual lateral. Y en lo tocante al cambio de Llorente, que tanto le celebran a Vicente del Bosque, por la emoción del triunfo, tenía que haber estado acompañado por la inclusión de Navas en la banda derecha. Y se hubieran matado dos pájaros de un tiro. Se hubiera asistido a Llorente, desde la banda, y Fabio Coentrao se hubiera visto precisado a defender más y atacar menos. La victoria constituye el lenitivo de los errores y es el bálsamo más suave para creer que todo se hizo perfecto.
 

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