La visita del arquitecto Álvaro Siza, marcada por el partido
de la selección de su país, Portugal, con España, finalizó
ayer, día en el que se reunió con el presidente de la
Ciudad, Juan Jesús Vivas, en un encuentro que calificaba de
“cortesía”. Con la sencillez que le caracteriza, el Premio
Pritzker bromeaba en el Palacio de la Asamblea con el jefe
del Ejecutivo ceutí acerca de este señalado partido.
Respecto a los avances de la obra, confesaba a EL PUEBLO
cierta inquietud por el estado que presentan los edificios
privados, aunque confía en que no afectará al resto, para
cuya finalización está marcado el horizonte de este año.
“Va bien, va bien”. Álvaro Siza responde en un principio de
forma lacónica a la pregunta sobre la marcha de las obras de
La Manzana del Revellín, en las que se lleva invertida ya
una década de trabajo y que han de finalizar, si todo sale
según lo previsto, a lo largo de este mismo año. Y es que
poco queda ya por decir del horizonte temporal de una
actuación para la que se han dado muchos plazos y que
afronta su última y, por tanto, más delicada fase
constructiva, en la que Siza, gran amante del detalle,
manifiesta la necesidad de estar especialmente pendiente. Y
es que a pesar de los cambios experimentados en estos años
respecto a su proyecto original, Siza no renuncia ni se
cansa de cuidar hasta el más mínimo aspecto del mismo. Quizá
por ello, el complejo mantiene la fuerte marca que le
imprime la firma de uno de los grandes de la arquitectura
contemporánea, reconocido y premiado en todo el mundo y que
tiene en su haber el ‘Nobel’ de arquitectura, el Premio
Priztker. Sus colaboradores, todos más jóvenes, acaban las
maratonianas jornadas de trabajo con bromas acerca de su
vitalidad, pues supervisa cada acabado, rincón y material de
la obra.
En esta visita, como en las anteriores, a Siza le ha costado
dar una fecha en la que considera podría estar acabado su
proyecto ceutí. Por el momento ha podido confirmar que el
Conservatorio, que ocupa dos de los cinco edificios del
conjunto, está terminado, y le gusta recordar lo “contentos”
que los músicos salieron de la prueba que hace ya meses
realizaron en una de sus aulas. Para el resto de la obra,
reafirma el horizonte de este año, aunque muestra cierta
preocupación por el estado que presenta la parte privada, de
la que, a pie de obra señalaba a EL PUEBLO, los evidentes
signos de retraso que presenta respecto al resto. El
arquitecto confía en que, si estos edificios, que dan al
paseo del Revellín, no están terminados al mismo tiempo que
el resto del complejo, al menos se “cubran” de alguna manera
para que el espacio público sea transitable. También se
interesaba al autor de La Manzana por el uso que finalmente
se dará a ambos inmuebles.
De momento, esta visita se ha centrado en gran parte en el
complejo proyecto escénico del Auditorio, verdadero hito de
La Manzana, que se prevé terminar en septiembre, mientras
que se espera poder comenzar pronto la construcción de las
dos fuentes de la plaza. El consejero de Economía, Guillermo
Martínez, confirmó que ayer mismo se firmaba la póliza de
crédito para la séptima y última fase.
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El partido España-Portugal ha marcado esta nueva
visita del arquitecto luso a la ciudad
De forma distendida y relajada,
como suele desenvolverse, con gestos de humildad y sencillez
extrema, el arquitecto Álvaro Siza realizaba ayer una visita
de “cortesía” al presidente de la Ciudad, Juan Jesús Vivas,
quien estuvo acompañado de los consejeros de Economía,
Guillermo Martínez; Hacienda, Francisco Márquez, y Fomento,
Juan Manuel Doncel. Al comienzo de la reunión, Siza bromeaba
con el jefe del Ejecutivo ceutí acerca del otro gran tema de
esta vista a Ceuta: el Mundial de fútbol. “Primero que gane
España, pero si no gana España, que gane Portugal”, bromeaba
Vivas. Por su parte, el arquitecto ya había manifestado a
este diario el día anterior su convencimiento de que España
iba a ser la ganadora del encuentro “porque es la mejor”,
reconoció. No obstante, como favorita para ganar este
campeonato del mundo, Siza no considera a la ‘Roja’, sino a
las selecciones de Alemania y Argentina. Aunque confesaba
que hubiera preferido ver el partido “en casa”, respondió
animoso a la invitación de sus colegas y colaboradores de
Ceuta para seguirlo en un céntrico restaurante de la ciudad,
‘El Refrectorio’, en el Poblado.
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