Con menos problemas de los que
algunos pensaban y, según los más expertos, con menos juego
del que habría creído uno, al ir a comenzar el propio
Mundial.
De todas formas, las cosas no hay que analizarlas sólo por
sus comienzos, sino por el resultado final y la conclusión
en la competición, por lo que España, si es que Cristiano
Ronaldo y Portugal no hacen su “partido del siglo”, puede
salvar el segundo envite y así estaría más cerca del
objetivo marcado.
Yendo la situación y la marcha de la Selección Española como
va, no debieran haber existido tantos conflictos, más fuera
que dentro, y especialmente movidos por quienes tuvieron, en
su día, algo o mucho que ver con el Combinado Nacional
Español.
Y no quiero pensar por donde habrían ido las críticas, si
España, a las primeras de cambio, como les ha ocurrido a
Francia o a Italia, se hubiera tenido que volver a casa.
Es cierto que allí, especialmente en Francia, se ha armado
la de “Dios es Cristo”, pero aquí y eso que no se ha ganado
nunca más que la Eurocopa, si hubiera habido un fracaso
similar, a más de uno le hubieran cerrado todos los
micrófonos y todas las puertas para el futuro.
Suerte, lo que es suerte, no es que haya habido mucha, eso
es cierto, pero contrariedades o errores arbitrales en
contra, hasta ahora, tampoco podemos decir que hayan
existido, con lo que, desde esas perspectivas, estamos bien.
Y mañana, a partir de las ocho y media de la tarde, el
siguiente golpe, un paso más en busca del objetivo que toda
la prensa daba por hecho y media España estaba y está
deseando que se logre.
El primer cruce, estando en el grupo que estábamos, no ha
sido el peor, pero tampoco puede considerarse un regalito
especial, por cuanto, a partir de ahora, en teoría, deben ir
quedando los mejores, grupo en el que, también, debe
situarse España.
¿Es preferible que haya caído en suerte Portugal, a que
hubiera caído Brasil?. Nunca se sabrá, porque tenía que caer
uno de los dos, pero no los dos a la vez, y tanto el uno
como el otro han llegado, por méritos propios, pero sin
aparentar más de lo normal.
Brasil puede ser más competitivo, pero Portugal, si el día
le sale a Ronaldo, puede ser mortal, por la pegada que
tiene. Luego no hay que darle más vueltas a la cosa y
empezar a pensar en que va a salir todo bien, con lo que el
siguiente paso volvería a tener sus dificultades, pero será
mejor tener las dificultades que haberse tenido que marchar
para casa, unos días antes.
Y con el Mundial por delante, ya a casi la mitad del camino,
se olvidan otras actividades deportivas que, años atrás,
empezaban a ser la atracción, como , por ejemplo, el Tour de
Francia, que está a punto de comenzar y que este año, hasta
que no haya terminado el Mundial no va a tener mucho que
decir.
Es lo que hay, los demás deportes tienen su sitio cuando el
fútbol está “de vacaciones”, de lo contrario atrae más una
competición futbolística, aunque sea la copa, sin más, que
la mayor actividad de los demás deportes, aunque estemos en
el Mundial de automovilismo.
Para muchos, las vacaciones han comenzado, este año, antes y
con más interés por el Mundial de Sudáfrica, para otros
muchos, seguirán esas vacaciones, durante un año, si España
llegara a la final y, a partir de ahora, ya, de lo que no se
va a poder hablar es de fracaso total, sean cuales sean los
próximos resultados.
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