Apostados en la calle Víctori Goñalons, agentes de la Unidad
de Tráfico de la Policía Local despliegan varias noches al
mes y coincidiendo con el fin de semana, controles de
detección tanto de vehículos o conductores sin la
documentación en regla como de alcoholemia, para evitar
problemas en la zona centro, cerca de los lugares de ocio
más concurridos.
Prevenir los delitos e infracciones asociados a la
conducción en general y en horario nocturno y fin de semana
en particular: ese es uno de los principales objetivos de
los despliegues que la Policía Local realiza en la zona
centro de la ciudad, la más concurrida de noche entre el
viernes y el domingo.
El Pueblo ha sido testigo de uno de estos controles este fin
de semana. La Unidad de Tráfico sitúa dos de sus vehículos
en la entrada y salida de la céntrica calle Alcalde Víctori
Goñalons. En otra vía cercana, hay instalado otro
dispositivo más “discreto” que funciona a modo de “operación
jaula”, según señalaban los agentes, para evitar la fuga de
conductores que por cualquier motivo pretendan eludir el
control.
Tras rebajar la velocidad de todos los vehículos que
circulan en dirección a la plaza de la Constitución, los
agentes detienen, de forma aleatoria, a algunos de ellos. La
inspección es sobre todo de documentación y si se percibe
algún síntoma, también se realizan controles de alcoholemia.
Este sistema resulta eficaz, tal como aseguran desde la
Policía, a la hora de disuadir a los posibles infractores de
conductas ilícitas.
El control de la Policía Local y sus patrullas nocturnas se
complementan con las que realizan los ‘zeta’ de la Policía
Nacional. En la misma noche, uno de estos vehículos actuó
también en el centro cuando varios ciudadanos le requirieron
para una emergencia sanitaria. Se trataba de un niño de
corta edad con una herida sangrante en la cabeza al que los
agentes trasladaron en el vehículo policial para que fuera
atendido.
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