Las galas del deporte de Ceuta no se entenderían sin la
presencia de José Ramón López Díaz-Flor. El medalla de plata
en los Juegos Olímpicos de Montreal’76 en piragüismo, en la
modalidad de K-4 junto a Herminio Menéndez, Misioné y
Celorrio viaja encantado a su tierra para pasar unas horas
con sus paisanos.
El director de la Blume, uno de los Centros de Alto
Rendimiento (CAR) más reconocidos en España, destaca la
“buena salud” del deporte ceutí y avanzó que “en estos
momentos hay dos deportistas en la residencia y posiblemente
el año que viene se aumente esta cifra con cinco
piragüistas”. Díaz-Flor también habló de Mohamed Marhum.
“Este año ha estado un poco escondido porque no es becado,
pero hicimos un esfuerzo para que estuviera allí. Este chico
tiene un gran futuro por delante porque tiene la mejor marca
del mundo en 3000 metros en categoría junior”. De Waldo
Moreno dijo que “por la edad que tiene decidió dejar la
Blume para buscarse su futuro fuera del deporte”. Díaz-Flor
tiene claro que hay que “trabajar más” para que los
deportistas estén mejor formados para desarrollar una
actividad laboral después de que dejen la práctica deportiva
profesional. El ex piragüista añade que “por desgracia en
España los deportistas de casi todos los deportes
minoritarios no tienen ninguna formación y en la Blume se
intenta formar para vivir”.
Díaz-Flor es consciente de que “cuando se termina el deporte
vienen los problemas porque hay deportistas que están en las
nubes y luego se quedan sin nada, y quizás mucha culpa de
ello no la tengan los dirigentes sino el propio deportista”.
En la Blume residen 462 deportistas becados a los que les
pide que “estudien porque el deporte se acaba; ésta es mi
guerra personal”. “La actividad deportiva termina y luego
deben seguir viviendo”, añade.
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