El coronel Alfonso Álvarez Gaumé entró a servir en la ciudad
como mando del Tercio ‘Duque de Alba’ Segundo de la Legión
el 30 de junio del año 2008. Este experimentado militar
comenzó su carrera el 28 de julio de 1975, cuando, al
finalizar el curso de C.O.U. y las pruebas de Selectividad,
pudo entrar en el curso selectivo para ingreso en la
Academia General Militar de Zaragoza. A punto de cesar en el
mando del TERLEG 2 y próximo a ser destinado a un nuevo
trabajo -posiblemente en Granada-, el coronel Alfonso
Álvarez Gaumé recuerda con cariño las que han sido las
principales actividades durante su gestión y reconoce que va
a echar mucho de menos a la ciudad de Ceuta y también a los
ceutíes.
Pregunta.- ¿Viene de una familia con tradición militar?
Respuesta.- En parte sí y en parte no. El único antecedente
en mi familia de pertenencia al mundo militar es el de mi
hermano mayor, que actualmente es coronel de infantería en
la reserva.
P.-¿Cuándo comenzó con su mando en el Tercio ‘Duque de Alba’
Segundo de la Legión?
R.-Fue el 30 de junio del año 2008 cuando tuve la
oportunidad de acceder al mando de esta Unidad.
P.-¿Cuáles son las principales operaciones o actividades
que ha llevado a cabo en el seno de esta Unidad? ¿Cuáles
recuerda con un especial cariño?
R.-Bueno, pues han sido muchas y muy variadas. En el ámbito
del adiestramiento de la Unidad yo destacaría los ejercicios
que hemos llevado a cabo en el Centro Nacional de
Adiestramiento de San Gregorio, en Zaragoza, y en el de
Chinchilla, en Albacete. En estos ejercicios se combina el
fuego real de todas las armas de la Comandancia con las
maniobras de las unidades; se coordinan sus esfuerzos y se
controla su actuación. Es en estos ejercicios donde se
valida la dura instrucción diaria que a lo largo de todo el
año realizamos en el campo exterior de Ceuta con el objetivo
de alcanzar el mayor nivel posible y, de esta manera, estar
preparados para el combate. Ya en el ámbito del día a día,
he de destacar la mejora de las instalaciones del
acuartelamiento como una tarea importante en la que
participan tanto los legionarios como los destinados en la
Unidad de Servicios.
P.-¿Y qué eventos, de carácter militar o no, recuerda
especialmente de los llevados a cabo en la ciudad a lo largo
de estos años?
R.- Yo destacaría, y con un especial cariño, todas las
formaciones militares de los Sábados Legionarios; las
destacaría por su valor moral al recordar a todos los que
han muerto en el cumplimiento del deber, por cohesionar a la
Unidad y por servir como vínculo de unión de todos los que
se identifican con la Legión.
P.-¿Qué le han aportado estos años de vida personal y
laboral en la ciudad de Ceuta?
R.-Un enriquecimiento tanto profesional, por haber tenido el
privilegio de mandar el Tercio ‘Duque de Alba’ Segundo, como
personal por haber podido convivir dos años con mi familia
en esta bendita tierra.
P.-¿Qué valores le ha aportado la vida militar?
R.-Nada más ingresar en la Academia, los veteranos nos
hacían aprender de memoria el verso de Calderón de la Barca,
soldado de infantería. Pese a su antigüedad, de varios
cientos de años, responde con creces a esta pregunta. Si mal
no recuerdo, reza así: “Aquí la más principal hazaña es
obedecer, y el modo como ha de ser es ni pedir ni rehusar,
aquí en fin la cortesía, el buen trato, la verdad, la
fineza, la lealtad, el valor, la bizarría, el crédito, la
opinión, la constancia, la paciencia, la humildad y la
obediencia, fama, honor y vida son, caudal de pobres
soldados, que en buena o mala fortuna, la milicia no es más
que una religión de hombres honrados”.
P.-¿Tiene algún consejo que darles a los jóvenes que están a
punto de ingresar en la vida militar?
R.-Ante todo, han de ser conscientes del juramento a la
Bandera; se tienen que comprometer a derramar hasta la
última gota de sangre por la Patria, y este compromiso por
supuesto tienen que adquirirlo libre y voluntariamente.
Tienen que ser también conscientes de que la vida militar es
dura; que se espera de ellos que sean fuertes y que estén
sanos, que no se encuentren sometidos a la esclavitud de las
drogas, que manejen armas y que estén sujetos a una
disciplina a la que quizá no estén acostumbrados en la vida
civil.
P.-En estos momentos, con la crisis económica, muchos
jóvenes están volviendo su mirada al mundo militar como un
trabajo seguro y bien remunerado. ¿Piensa que la vocación
para ingresar en este mundo es básica y no únicamente la
oportunidad de tener un buen trabajo?
R.-La vocación es muy importante. Como he indicado, a los
jóvenes que vayan a ingresar en el mundo militar, se les van
a exigir muchos sacrificios, ejercicios y penalidades que
son mayores que las que tiene que enfrentar cualquier
trabajador en la vida civil. Sí, la vocación es algo básico.
P.-¿Cuál va a ser su próximo destino una vez que abandone su
actual puesto?
R.-Creo que iré en comisión de servicio al Mando de
Adiestramiento y Doctrina. Está situado en la plaza de
Granada.
P.-¿Va a echar de menos Ceuta?
R.-Por supuesto. Han sido muchas las vivencias que he
experimentado en esta ciudad y voy a echarla mucho de menos:
a ella y a los ceutíes.
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