Con fuerte viento de levante, la noche de San Juan la
celebraron los paisanos de la Casa de Ceuta en Cádiz en un
buen ambiente, característica habitual de cada año, aunque
en el presente no esperaban que en el lugar elegido para su
concentración, tuvieran que resguardarse a los pies del
espigón de La Cortadura, pues en esa zona el aire combatía
en menor medida, pudiendo montar los enseres para la cena
prevista en esa noche mágica sin que nada volara de sus
mesas, estando presidida la reunión y sobre la muralla en un
lugar bien visible, la bandera de la Ciudad, para que todo
el viandante observara que los caballas también celebran por
tradición “La noche de San Juan” o como dan en nombrar en
Cádiz “Los Juanillos”.
El grupo de los reunidos paso el medio centenar pues el
molesto viento, hizo que muchos se quedaran en sus casas.
Pese a todo los caballas realizaron todos los conjuros, las
mujeres todas vestidas de blanco y a partir de las 12 de la
noche se mojaron los pies, saltaron sobre siete olas, e
incluso se bañaron.
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