No hemos entrado, todavía, en el
pleno de las vacaciones y lo primero que se me ocurre es
advertir a todos aquellos que se van a mover, desde su casa,
de los posibles “timos” en la calidad y en los precios, en
sus desplazamientos fuera de su lugar habitual.
Y es que no están reñidas la crisis y la poca vergüenza,
especialmente, cuando aparece algún “pardillo”, desconocido
en ciertos ambientes, de corte turístico, aunque con algunas
de las formas de actuar hay quien “espanta” a posibles
visitantes.
El primer timo nos lo podemos encontrar en el restaurante,
no tanto de carretera, como de alguna de las localidades a
las que uno llega, con la intención de pasar una tarde,
quedarse dos días o, tan sólo, estar hora y media allí.
No hace muchos días me sucedía a mí mismo. Entré en un
restaurante, no de lujo, pero sí con buen aspecto, al menos
por fuera. En la carta de la comida, en lo que al primer
plato se refiere, nada que objetar, aparte de que yo no soy
muy dado a elegir cosas raras que no conozca..
El problema llegó en el segundo, cuando me ofrecen un filete
de ternera de Ávila. “No está mal”, pensé, ahora lo que hace
falta es que sea de alguna de las buenísimas terneras que se
crían en los alrededores de mi pueblo, Piedrahita.
La sorpresa fue mayúscula, aquello de ternera no tenía ni el
nombre, más parecía una suela de esas que los zapateros
utilizan para ciertos arreglos de los zapatos.
De poco me sirvió protestar, aquello era “ternera de Ávila”
para el camarero, aunque a mí me pareció vaca vieja de la
Siberia.
Es cierto que hubo una cosa correcta y a tono con lo
ofertado, el precio. Nunca me había costado tanto comer tan
poco y tan malo.
Ofertas de ese tipo, con precios de buen producto y que
luego no sea ni un sucedáneo los hay a montones, también en
Ceuta.
Y digo, también, en Ceuta porque aquí, como en otros muchos
lugares, cuando uno va a comprar ciertos productos, pueden
ofrecerte lo que es y estás viendo, como si hubiera crecido
en otra parte y como producto de verdadera categoría, sin
serlo.
Estamos en la época de pleno apogeo de la recolección de las
cerezas, que este año vienen, además de retrasadas, con una
duración mucho más corta que otros años, porque las
frecuentes lluvias de meses pasados no han beneficiado nada.
Hoy por hoy, hablar de las cerezas del Valle del Jerte es
hablar de calidad única, en eso estamos de acuerdo casi
todos.
Hace más de tres semanas, cuando la recolección no había
comenzado en la zona de Tornavacas, Jerte, Navaconcejo ...,
y el resto del Valle, yo preguntaba en un establecimiento,
aquí en Ceuta, al ver unas cerezas, el precio y el lugar de
procedencia.
El precio era de más que el de caviar bueno y el lugar,
según el señor que estaba en ese puesto era, “del Valle del
Jerte”. Cuando le dije que era imposible que fueran de allí,
porque no había comenzado la recolección me dijo:” Yo sólo
sé que en esta caja pone Valle del Jerte”.
En eso podía tener razón “el frutero”, pero yo le había
preguntado por las cerezas, no por la pegatina de aquella
caja.
Está claro, y he puesto tan sólo dos ejemplos, que en todas
partes cuecen habas, pero no debemos olvidar que a partir de
esta fechas, especialmente cuando hemos salido de
vacaciones, en cada desplazamiento podremos hallar un timo.
Cuidado, no es conveniente pasar por un simple pardillo.
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